Historia viva de la Fábrica de Armas de Toledo y el poblado obrero

Toledo

Guillermo Muncharaz Martinez de la Casa es uno de los jubilados más longevos de la Fábrica de Armas de Toledo y uno de los primeros vecinos del poblado obrero.

Nació en la localidad toledana de la Puebla de Montalbán un 10 de febrero de 1.920. Y desde los 24 años su vida estuvo íntimamente ligada a la Fábrica de Armas de Toledo.

Arantxa Castaño, investigadora de la Universidad complutense de Madrid y que actualmente prepara su tesis sobre la Fábrica en el siglo XX, se ha entrevistado recientemente con él y ha recogido su historia. Una historia que bien podría llevarse a la gran pantalla.

Guillermo sobrevivió a la guerra y regresó a su casa, pero por discusiones con su padrastro un día antes de cumplir los 24 años abandonó su hogar.

Buscó las señas de un viejo amigo que trabajaba en la Fábrica, se llamaba Jacinto Fernández Rojas, veterano de guerra como él y empleado a las órdenes de Juan Más del Ribero. Le escribió y le contó su situación y poco después el 28 de marzo de 1.944 Guillermo ingresó en el Taller de Ajuste y Montura, donde aprendió el oficio de ajustador. Fabricaba machetes, sables para oficiales y tijeras para la tropa. Eras entre 30 y 40, todos hombres. en dos años consiguió ascender a ajustador de segunda aún sin tener la cualificación necesaria. Para ser ajustador de segunda se requerían unos mínimos de aritmética que Guillermo no tenía. POr lo que se retiró de la prueba. Pero días después su nombre figuraba entre los aprobados. Y es que primó su capacidad de trabajo a su formación académica.

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El mismo año en el que Guillermo empezó a trabajar en la fábrica se casó con Beatriz, primero vivieron en la bajada del barco, después de mudaron a la calle San pablo (detrás del convento de las Benitas), pagando una renta de 50 pesetas mensuales.

Finalmente a Guillermo le adjudicaron una casa en el Poblado Obrero, inaugurado el 4 de diciembre de 1.948. Y se instalaron allí. Era una vivienda tipo, con cocina, despensa, cuarto de estar, aseo y tras dormitorios. Levantada, como todas las demás, en una parcela de unos 375 metros cuadrados. Contaba en el exterior con  huerto, lavadero y gallinero y fue una de las 40 primeras edificaciones de la barriada.

Por vivir allí le descontaban 15 pesetas de su sueldo. Por lo que pudo ahorrar dinero para comprarse años después un piso en la calle Aragón en el barrio de Palomarejos. Allí terminó viviendo con su mujer una vez jubilado. En 2013, Beatriz sufrió un ictus y fue internada en la residencia Santa Leocadia de Villaseca de la Sagra en Toledo. Desde donde nos habla Guillermo y donde hoy va a soplar sus 100 velas.

AUDIO| Escucha la historia de Guillermo