Un homenaje a Rafael Calleja de su 'tierra sagrada' donde nació

Burgos

La familia de Rafael Calleja considera que el autor de la música del Himno a Burgos ha sido injustamente olvidado y reivindica un reconocimiento en el 150 aniversario de su nacimiento, que le llega con una exposición de homenaje en el Teatro Principal. El nieto del compositor, Emilio Calleja, ha presentado la muestra que se puede ver hasta el 23 de febrero. El Himno a Burgos (1926, con letra de Marciano Zurita), hoy más de moda que nunca por la interpretación de la afición del baloncesto San Pablo al inicio de cada partido en el Coliseum, es una seña de identidad para los burgaleses pero Rafael Calleja compuso más de 300 obras musicales, desde sainetes, óperas o zarzuelas y se le considera uno de los renovadores del teatro lírico español, señala su nieto.

Rafael Calleja Gómez nació en la Llana de Afuera de Burgos en una familia humilde en 1870 y con 14 años ya estudiaba en el Conservatorio de Música de Madrid becado por la Diputación Provincial. Fue uno de los pioneros de la Schola Cantorum del Círculo Católico de Obreros, agrupación coral que cumple ya 135 años. LLegó a ser mentor de otros músicos burgaleses, como Antonio José, cuando ya era un compositor de prestigio y empresario de éxito al frente del Teatro de la Zarzuela. Demócrata y liberal convencido, se comprometió con la defensa de la profesión de los músicos y fue cofundador de la Sociedad General de Autores Españoles, la actual SGAE. Murió en 1938 en Madrid pero en 1940 sus restos fueron enterrados en Burgos, conforme a su deseo. En su mausoleo, costeado por el Ayuntamiento, está escrito: 'Tierra sagrada donde yo nací, suelo bendito donde moriré', como reza el himno que compuso a su ciudad.