Condenado un falso veterinario por la muerte de un perro
El hombre, conocido en Tenerife como 'Pinto', llegó a operar sin anestesia

Intrusismo profesional / Getty Images

Tenerife
El Juzgado de lo Penal nº 5 de Santa Cruz de Tenerife ha dictado recientemente sentencia por la que condena por un delito de intrusismo profesional a una persona, conocida en la Isla de Tenerife por 'Pinto', ejerciendo el Colegio Oficial de Veterinarios de Santa Cruz de Tenerife la acusación particular en este juicio por medio de sus servicios jurídicos. Esta sentencia que no es firme, supone un paso más en la persecución de estos actos delictivos en nuestras Islas.
Los hechos se iniciaron por denuncia de una propietaria de una perrita de raza Yorkshire llamada "princesa" que había resultado herida por la agresión de otro animal, acudiendo a esta persona en la falsa creencia de que era veterinario al haberlo visto en ocasiones anteriores atender a otros animales en la zona, según declaró, el cual procedió a ver al animal y "diagnosticó" que según su opinión había perdido mucha sangre y se podía operar, pero que seguramente quedaría "parapléjica" o moriría por la falta de riego sanguíneo al cerebro que había sufrido, aconsejando su sacrificio, cobrando 70 euros por todo ello. Finalmente el animal murió en posesión del acusado, al parecer por las heridas sufridas.
En este sentido el Colegio de Veterinarios desde hace años ha venido advirtiendo periódicamente, que no existe ningún colegiado veterinario en la Isla apellidado o conocido como 'Pinto' dadas las reiteradas noticias de actos de intrusismo profesional cometidos por alguien bajo dicho sobrenombre, aunque no se tiene la certeza sobre si se trata de la misma persona ahora condenada.
Desgraciadamente este animal no pudo contar con una atención veterinaria profesional que quizás podría haberle salvado la vida. En ocasiones nos encontramos en los centros veterinarios verdaderas barbaridades resultantes de actos de intrusismo, que a veces son irreparables y mortales de necesidad, debiéndose denunciar estos actos no solo por ser delito, sino por la cada vez mayor concienciación social en cuanto al bienestar y salud de nuestros animales.