Si subes cuestas 'pindias' y cuelgas la ropa en el 'tendal' eres de Cantabria
El filólogo Jaime Peña ha publicado un libro que recopila la evolución de los llamados 'montañesismos' desde hace 300 años
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Santander
Si ustedes suben cuestas muy ‘pindias’, cuelgan la ropa en el ‘tendal’ y de vez en cuando se dan un ‘cole’ en el mar… no hay duda de que son o viven en Cantabria.
Son algunos de los ‘montañesismos’, vocablos propios del habla de los cántabros que se utilizan desde hace siglos y que, en algunos casos, han sido reconocidos en el diccionario de la Real Academia.
En ‘A Vivir que son dos días Cantabria’ hablamos del origen y la evolución de estos ‘cantabrismos’ con el filólogo Jaime Peña Arce, un madrileño de origen cántabro que acaba de publicar en Ediciones Tantín un libro sobre el ‘Léxico de Cantabria en los diccionarios de la Real Academia’.
Los primeros ‘montañesismos’ que aparecieron en el diccionario, hace 300 años, son una veintena, entre ellos asubiar (guarecerse de la lluvia), tochura (tontería) y sallar (escardar un sembrado con azada).
Por cierto, el libro se presentará el próximo 12 de febrero en la Biblioteca Central de Cantabria en un acto abierto al público.
A lo largo de estos 300 años se han ido incorporando al diccionario otros muchos vocablos, por ejemplo palabras introducidas por el escritor José María de Pereda como ‘llar’ (cocina), ‘pejín’ (pueblo marinero de Cantabria) o ‘sorrapear’ (limpiar con la azada los bordes de un sendero).
A principios del siglo XX, y gracias a la presencia de la Corte de Alfonso XIII en los veraneos de Santander, la lista de ‘cantabrismos’ se fue ampliando y actualmente aparecen en el diccionario de la Real Academia un total de 226 palabras propias del habla cántabra.
Eso sí, no busquen vocablos como baza o chon porque, aunque son muy comunes en nuestra región, nunca han sido reconocidos en el diccionario de la Real Academia.