El Celta sin gol
El equipo celeste solo marcó más de un gol en 3 de los 21 partidos de Liga
Vigo
El Celta tiene un problema de gol muy serio. No lo tiene en enero, lo tiene desde el verano y así lo dejaron caer Fran Escribá y, posteriormente, Óscar García Junyent que no para de implorar para que le traigan un delantero centro. Después de la venta de Maxi, su clon uruguayo no salió tan bien. El Toro Fernández tuvo una adaptación más lenta y un rendimiento no tan inmediato como su compatriota Maxi. El Celta apelaba a Iago Aspas y a Santi Mina pero ninguno de los dos tenía clara la receta para marcar. Se decía una y otra vez que no era un problema de gol, que los goles llegarían, que era cuestión de tiempo. Pero los goles que llegaron solamente eran los de Iago Aspas y nada que ver con el año pasado. Este año Aspas es menos milagro y más de carne y hueso. Salvo las desconexiones territoriales coperas con goles a la Peña Azagresa o al Mérida, que no se convalidan en las compostelas de los peregrinos del gol, el Celta presenta unos números alarmantes. Números que pueden intentar mejorarse con un par de refuerzos en esta cuenta atrás del cierre del mercado. Estos últimos días con la presión del cierre son la auténtica zona de confort del Celta. Cuando solamente has ganado 3 partidos es que algo falla; cuando solamente has metido 7 goles en 11 partidos en Balaídos es que tienes un problema muy gordo. Cuando solamente has sido capaz de marcar más de un gol en 3 de 21 jornadas es que tienes un agujero enorme con difícil solución.
Al principio se apelaba a las rachas, después a la puesta a punto, después que si a las lesiones y ahora hemos entrado en la etapa de apelar a la mala suerte para justificar la falta de gol. El Celta apela a la mala suerte contra el Eibar cuando viene de San Mamés de recibir 22 disparos del rival y salir con un punto que sabe a gloria. Pero mientras apela a la mala suerte, a las cuestiones de rachas, a la falta de confianza, de finura de cara al gol, el equipo sigue cayendo y cayendo en la clasificación.
Hay datos demoledores para cualquier equipo además de los dados con anterioridad. Un equipo que solamente ha ganado 3 partidos de 21 disputados tiene un problema de las dimensiones del puente de Rande. Pero es que el Celta solamente marcó 3 goles en la victoria del Villarreal 1-3. El Celta solamente marcó 2 goles en 2 partidos y no ganó ninguno: 1 empate con el Mallorca en Balaídos y 1 derrota 3-2 en Leganés. El Celta fue capaz de marcar solamente 1 gol en 10 partidos con un balance de 2 victorias, 4 empates y 4 derrotas. El balance en Balaídos es de 2 victorias, 2 empates y 1 derrota cuando ha marcado solamente un gol. Pero en esta sequía goleadora provocada por el cambio climático goleador del Celta tiene una estadística muy dura para un equipo que apuntaba alto tras la Operación Retorno: en 8 de los 21 partidos de Liga el Celta no ha marcado ningún gol. El balance de daños ha sido el de 3 empates y 5 derrotas. En casa tres derrotas (0-2 Granada, 0-1 Real Sociedad y 0-1 Getafe) y 2 empates (0-0 contra Valladolid y Eibar). Fuera empate contra Atlético de Madrid y derrotas por 2-0 en Eibar y Vitoria. El Celta puede apelar a las rejas vueltas, a los cambios de suerte, al destino o a la épica. Pero este equipo con el gol, con la estadística fría no tiene gol. Aunque apelase a la épica, si el Celta fuese Rocky no se levantaría cuando Apollo Creed le cogió con la guardia baja; si el Celta fuese el equipo de Evasión o Victoria, Pelé fallaría la chilena que le daba el triunfo contra los nazis. Si el Celta fuese el equipo de Hoosiers, el base fallaría la última canasta con un tiro fácil que, tras rebotar cinco veces en el aro, acabaría siendo escupido. Si el Celta fuese el equipo de Denzell Washington en Titanes, hicieron historia, el quarterback fallaría el último y decisivo pase al sufrir un placaje de la primera línea rival. No me extraña que Óscar García volviese a intentarlo ayer pidiendo casi a la desesperada un delantero y un extremo con gol. El Celta no tiene gol. Su media es de 0,8 goles por partido y eso te conduce directamente al infierno.