Economia y negocios

La consejería reconoce que "es imposible controlar todos los nitratos" que se filtran en el acuífero del Mar menor

ARCHIVO: Foto tomada el día siguiente de las inundaciones de septiembre en una zona en la que se observaba cómo el agua había arrastrado cientos miles de melones de un campo cercano / Maica Sanchez

Murcia

El control de los nitratos durante el abonado del campo de Cartagena es uno de los puntos claves para evitar el daño al Mar menor. Nos preguntamos ¿Se hace o no? y sobre todo ¿Cuántos controles se hacen?

Lo primero que nos contesta la consejería cuando le hacemos esta pregunta es reconocer que "es imposible controlar los 1.400 kilómetros cuadrados de campo cercano al Mar menor, más el resto de zonas vulnerables de toda la Región".

Una fuente autorizada de la consejería dice que sobre una base de datos de todos los campos "se hace un muestreo en función de un análisis de riesgos al inicio de cada campaña".  Tras ese análisis de fincas, "se inspeccionan unas al azar", dice. "No a dedo", aclara, "excepto si hay una denuncia contra una finca en concreto".

Una vez elegida la finca se presentan allí, presencialmente, los inspectores. Este año se han realizado -según el dato oficial que ha conseguido esta emisora- solo 200 controles de este tipo en la zona del Mar Menor en la que hay varios miles de instalaciones agrícolas repartidas por miles de metros cuadrados.

Por tanto, la primera respuesta a la pregunta es un sí relativo:  Sí se controlan los nitratos  pero en muy pocos campos y elegidos al azar porque se reconoce que "es imposible controlarlos todos."

El responsable de la consejería que nos facilita los datos dice que "no le parece justa esta afirmación" porque "es como si la policía tuviera que hacer control de alcoholemia al 100 % de los conductores que pasan por todas las carreteras de la Región".

Con esta primera respuesta encima de la mesa hacemos un poco de historia para ver en qué consisten estos controles de nitratos.

El 20 de diciembre de 2001, cuando nadie hablaba de la sopa verde y prácticamente nadie miraba cómo iba creciendo el problema del Mar Menor, la Consejería de Agricultura y Agua, designó “zona vulnerable a la contaminación por nitratos de origen agrario" los acuíferos subterráneos junto al mar menor. Lo hizo porque obligaba Europa, sí, pero lo hizo. El 3 de marzo de 2009 creó un "Programa de Actuación sobre la Zona Vulnerable" y lo ha modificado en varias ocasiones (2016, 2017 y 2018) añadiéndole numerosos detalles y normas a cumplir.

En el primer documento (el de 2009) negro sobre blanco, la consejería ya reconocía la existencia de un problema grave de contaminación por nitratos. Para solucionarlo dispuso una muy ambiciosa lista de medidas.

Nos preguntamos... ¿En qué consisten? Y sobre todo ¿Se han cumplido esas medidas?

Hemos buceado por las 40 páginas de uno de los programas de actuaciones, el de 2011, para leer que pretende:

“reducir la contaminación por nitratos de origen agrario en los acuíferos, permitiendo recuperar valores por debajo del límite crítico de 50 mg/l de ión nitrato” 

Una vez leído y estudiado hemos preguntado a la consejería actual si algunas de esas medidas se están llevando a cabo desde 2011 hasta la actualidad, incluyendo las ampliaciones

Los abonos y sus efectos

El programa habla en una primera parte de los abonos. Los explica uno por uno y señala cuales tienen “efectos adversos” y cuales son menos nocivos. Dos ejemplos:

  • De los nítricos-amoniacales dice que “dado que se absorben con rapidez por las raíces de las plantas, debe ser utilizado solo cuando el cultivo tenga una mayor capacidad de asimilación de este ion”.
  • Del Estiércol bovino dice que “Tiene un efecto residual de relevante importancia incluso después de varios años de cesar en su aportación”.

Tras el catálogo, explica qué ha que hacer:

“deben, por tanto, evitarse los aportes excesivos de nitrógeno, ya que pueden provocar efectos adversos sobre el cultivo y excedentes de nitrato, que al no llegar a ser absorbidos por las raíces, están expuestos a ser lavados por las aguas”.

Y señala que “en toda la Zona Vulnerable, no deben sobrepasarse determinadas dosis".  Para que los agricultores lo tengan claro incluye una tabla con medidas y deja clara una prohibición:

“En el ámbito de la Zona Vulnerable, se prohíbe aportar al suelo una cantidad de abono orgánico con un contenido en nitrógeno que supere los 170 Kg por hectárea y año”.

Le preguntamos a la consejería... ¿Desde 2011 se ha cumplido este límite? ¿cómo se vigila ese límite y los específicos para cada explotación?

RESPUESTA La consejería responde que el límite de 170 kg N/ha y año en forma orgánica se cumple y es un aspecto de control clave. De hecho, la propia calculadora de nitrógeno que tienen los agricultores les establece un aviso si aplican más cantidad. Este límite " se anota en los cuadernos de campo, un documento donde todo queda registrado" y que luego los inspectores, si aparecen, analizan. 

El reglamento también deja claras las cantidades de fertilizantes nitrogenados permitidos y señala que, para controlar que se cumple, los agricultores tendrán que realizar “periódicos análisis de suelos y aguas, así como de los materiales orgánicos que se incorporan al terreno”.

¿Se hacen análisis y se controlan esos límites? ¿Quién los hace? ¿Cuánto cuestan? ¿Dónde se pueden ver los datos?

RESPUESTA Dice la consejería que "realiza toma de muestras de suelos, aguas, estiércoles, soluciones nutritivas" pero solo a los agricultores inspeccionados. En esos análisis "verifican los niveles de nitratos y otros elementos" y los contrastan con "el informe analítico realizado por el usuario". Los análisis los realiza la consejería, a través de la empresa TRAGSATEC.

El tiempo de abonar

El reglamento de 2011 indica también cuando se puede usar abono orgánico y cuando abono mineral. Y se lo deja claro a los agricultores:

“Una vez fijadas las dosis, se deberán fraccionar las aportaciones con objeto de maximizar la eficiencia y minimizar las pérdidas por lavado (...)  sobre todo en suelos muy permeables o poco profundos como es el caso de la zona del campo de Cartagena y el Mar menor". 

Y lo más importante: establece “periodos de exclusión de fertilización nitrogenada” de “noviembre a febrero, ambos inclusive” para la mayoría de cultivos. No se puede abonar en esa época, la de más persistencia de lluvias, para evitar los arrastres.

También dice que “el abono orgánico que se incorpore a toda la superficie del suelo deberá incorporarse preferentemente en las primeras horas del día o últimas horas de la tarde y que “para su aplicación se evitarán los días de lluvia”.

¿Se cumple este calendario de tiempos? ¿Los agricultores nunca abonan en esos meses? ¿cómo se vigila?

RESPUESTA Explica la consejería que "los periodos donde está prohibido aplicar fertilizantes están indicados en los cuadernos de explotación" y el agricultor sabe que no puede usarlos. Si le toca una inspección, comprueban la ausencia de fertilizantes nitrogenados durante esos periodos. La consejería dice simplemente que "los calendarios se cumplen".

Los fertilizantes

Para los fertilizantes, el programa diseñado por agricultura desde 2011 señala numerosas restricciones. Por ejemplo: “Con riego localizado, la fertilización se efectuará disolviendo los abonos en el agua de riego y aplicándolos al suelo”. También dice que: 

“cuando se incorpore nitrógeno en forma orgánica debe hacerse mediante prácticas culturales que aseguren su incorporación a la tierra, fuera de los periodos lluviosos y en dosis ajustadas a la capacidad de retención del suelo”

¿Se controlan las explotaciones una a una para ver si se está abonando así?

RESPUESTA No se controlan una a una. La consejería vuelve a darnos la misma respuesta "el agricultor tiene la obligación de anotar todas las operaciones de cultivo en su cuaderno" y luego este es revisado solo si se produce una inspección. Si el agricultor es elegido al azar, mirarán "almacenes, cabezales de riego, dosificación de fertilizantes, albaranes y facturas".

Cómo regar

El reglamento también habla de cómo regar:  “se recomienda la utilización de sensores tipo FDR para determinar el contenido de agua en la zona radicular” porque “los flujos de agua que pudieran tener lugar por debajo de esa zona son potencialmente contaminantes”.

También dice que “la cantidad de agua a aplicar deberá establecerse y acomodarse a la capacidad de retención de humedad del terreno con el fin de evitar pérdidas de agua en profundidad, lejos del alcance de las raíces, con la consiguiente lixiviación de elementos nutritivos móviles”.

¿Se controla la cantidad de agua con la que riega cada agricultor en la zona vulnerable?

RESPUESTA La consejería explica simplemente que "todos los agricultores tienen la obligación de aplicar técnicas de riego eficientes"y que "las dosis tienen que quedar registradas". Incluso tienen la obligación de anotar en el cuaderno de campo lluvias por encima de 15 mm. El cuaderno de campo solo será revisado si hay una inspección de las 200 que se hacen al año.

Riegos por goteo

Sobre los riegos por goteo dice el reglamento que “deberá estudiarse bien la textura del terreno, el número de emisores por árbol, el volumen de agua aportado por cada uno de ellos y la frecuencia de riego, para evitar problemas de saturación de humedad o de pérdida de agua en profundidad”.  Además:

“Se prohíbe dar riegos de más de 6 horas ininterrumpidas, a excepción de los riegos de transplantes”.

¿Se cumple esta prohibición y se vigilan uno por uno todos estos parámetros en las miles de hectáreas de riego por goteo en el campo de cartagena? ¿Se ha detectado riego durante más de 6 horas en algún campo?

RESPUESTA La consejería vuelve a insistir en que es imposible controlar uno por uno todos los campos.

 Nivel freático

El reglamento dice que “el mayor riesgo de contaminación de las aguas por nitratos se da en las zonas donde el suelo está asociado a una capa freática alta". Por eso da una serie de recomendaciones y pide “Ajustar las dosis para reducir al máximo la percolación, evitar la incorporación de abonos en exceso o su acumulación en el suelo, evitar, en la medida de lo posible, la incorporación de abonos nitrogenados en forma inorgánica y evitar, en la medida de lo posible, el cultivo en suelos con nivel freático a menos de 0,5 m de profundidad”.

¿se cumple en los cultivos del campo de Cartagena en estos momentos con el nivel freático tan alto? ¿No se debería de haber parado de cultivar en la actual situación?

RESPUESTA Dice la consejería que "después de estas lluvias el nivel piezométrico se ha elevado, pero los suelos con niveles por debajo de 0,5 m son mínimos"  y si se diera esa circunstancia "no se regaría ni abonaría por el estar el suelo en saturación". De nuevo es una prohibición que tiene que ser cumplida por los agricultores voluntariamente y que será vigilada por una de las 200 inspecciones al azar.

Cultivar cerca del agua

También habla el reglamento de cultivar “cerca de cauces o masas de agua”. Y dice: 

“se dejará sin abonar una distancia mínima de 3 metros a cursos de agua. Se evitará que los sistemas de fertirrigación proyecten soluciones nutritivas sobre los cauces, para lo que se establecerán zona de seguridad de extensión suficiente. Se establecerá una zona de protección de 50 metros, en torno a pozos, fuentes y aljibes de agua para consumo humano, donde no se debe aplicar abono alguno”.

¿Se está haciendo? ¿Se mantiene zona de protección?

RESPUESTA Agricultura responde que "las distancias al dominio público hidráulico, fuentes y aljibes donde está prohibido la aplicación de fertilizantes es de obligado cumplimiento y se verifica a través de fotografía aérea y posteriormente en inspección en parcela". El agricultor tiene que tener identificados esos puntos sensibles, si existen, y las medidas que aplica para su adecuado cumplimiento. Solo si aparecen los inspectores después de una foto aérea, será sancionado.

Balsas de purines

El reglamento señala que “todas las explotaciones ganaderas dispondrán de almacenes/tanques /balsas (…) para almacenar la producción de purines y/o estiércoles de 3 meses”. Y dice que no se pueden tener apilados mas de 15 días, solo en zonas donde no hay riesgo de escorrentías, ni en zonas aluviales, ni más de 30 toneladas.

¿Cumplen los ganaderos del campo de cartagena? ¿Cuántas multas se han puesto por no cumplirse esta orden?

RESPUESTA Las balsas de purines son verificadas en el momento de la autorización. Este control lo pasan "todas y cada una de las explotaciones, tanto nuevas como de aquellas que solicitan alguna una modificación". Aquí si que hay muchos más controles, dice Agricultura, como el programa de higiene de la producción primaria ganadera, perteneciente al Plan nacional de Control de la cadena alimentaria.

Javier Ruiz Martínez

Javier Ruiz Martínez

Redactor de temas de sociedad, ciencia e innovación en la SER. Trabajo en el mejor trabajo del mundo:...

 
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