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Golpe policial a la mafia China en España

La Policía Nacional desmantela una organización dedicada al tráfico de personas y de drogas en toda España

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Valencia

Operación "Delikao". Así se llama esta operación llevada a cabo por la Policía Nacional que ha permitido el desmantelamiento de una organización que operaba principalmente en la Comunitat Valenciana (aunque también en Madrid y Albacete), y compuesta por ciudadanos de origen chino. Esta organización estaba dedicada a la producción de marihuana, en la que se han aprehendido 22.463 plantas de marihuana, se han desmantelado cerca de 20 naves industriales e intervenido 61.000 euros. No solo eso la operación ha permitido, también, la liberación de víctimas de explotación sexual y laboral. Hay 81 detenidos.

La investigación se ha desarrollado en siete fases. En la última fase, desarrollada recientemente, los agentes han detenido a 30 personas en Valencia, Madrid, Albacete, Aspe (Alicante) y Elche (Alicante). La organización desmantelada, compuesta por ciudadanos de origen chino, se dedicaba a la producción de marihuana mediante el alquiler de naves en polígonos industriales -radicados principalmente en la Comunitat Valenciana- y a su posterior exportación a países de la Unión Europea.

La investigación, por otra parte, ha permitido liberar a 36 personas víctimas de explotación laboral, a las que los responsables de la organización tenían trabajando en condiciones precarias, 24 horas al día, todos los días de la semana. Asimismo, han sido liberadas 13 mujeres que se encontraban en pisos sometidas a explotación sexual.

La forma de operar de esta banda estaba muy marcada: Todos los detenidos utilizaban la misma empresa de mensajería privada para enviar la mercancía al exterior, así como idéntico modus operandi en la exportación: similitud en el embalaje de los paquetes, descripción del producto como ropa, pesaje de unos 10 kg y misma técnica de envasado interior. Además, el proveedor del material necesario para el cultivo y acondicionamiento de las naves de producción era, en todos los casos, la misma persona. Por otra parte, empleaban el mismo método para el transporte de la infraestructura hacia las naves, alquilando coches y furgonetas en casas de Valencia y/o Madrid por breve espacio de tiempo.

Asimismo, todas las células coincidían en el empleo de la misma técnica de seguridad, consistente en el alquiler de pisos sin habitar que utilizaban ex profeso como “depósito” de la mercancía y del material necesario para el embalaje de la marihuana y su envío a otros países.

La investigación, además, puso de manifiesto que los diferentes grupos se valían de las mismas personas para el montaje de la infraestructura productiva de las naves de alquiler y de la misma persona para el envío de los paquetes de marihuana desde España a Reino Unido y Holanda. Los agentes también observaron una coincidencia reiterada en los nombres de los destinatarios así como en las direcciones de entrega de los paquetes de marihuana con destino Reino Unido. Por último, comprobaron que diversas personas de las distintas células investigadas se interrelacionaban entre sí.

Los responsables de las células tenían una doble residencia en València y Madrid, siendo constantes sus desplazamientos entre ambas ciudades. En València, además, disponían de cuatro domicilios que utilizaban únicamente como “depósito” para almacenar, envasar y preparar la marihuana para su envío al extranjero. En los registros de estos depósitos, los agentes localizaron 45,6 kg de marihuana en cogollos así como el material necesario para su preparación y envasado.

La investigación evidenció que la marihuana era cultivada o adquirida en España y exportada a otros países de la Unión Europea, principalmente Reino Unido (Inglaterra y Escocia) y Holanda. El método de exportación se canalizaba a través de diversas empresas privadas de paquetería simulando ser envíos de otros productos, generalmente ropa. Para satisfacer la demanda, los grupos investigados se desplazaban a otras provincias de nuestro país como Jaén, Sevilla, Cádiz o Toledo para comprar a otros proveedores partidas de marihuana que, a su vez, reenviaban por el método anterior al extranjero.

Los agentes han acreditado que, entre 2018 y 2019, esta organización ha enviado a Europa 325 paquetes que contenían unos 4.200 kilos de marihuana. Además, en el curso de la investigación, se han intervenido judicialmente cinco paquetes -enviados por los diferentes grupos y con destino a Reino Unido y Holanda- conteniendo todos ellos marihuana y arrojando un peso total de 35 kilos.

Ninguno de los componentes de los grupos realizaba actividad laboral remunerada alguna; presuntamente se dedicaban, de forma exclusiva, al cultivo y supervisión de plantaciones indoor en diferentes poblaciones de la Comunitat Valenciana. Con el curso de la investigación, los agentes han detenido a los responsables de los diferentes grupos y han desmantelado la infraestructura de 19 naves industriales ubicadas en diferentes localidades de Valencia, Castellón, Alicante y Albacete.

13 mujeres víctimas de explotación sexual liberadas

Los investigadores liberaron a 13 mujeres halladas en los seis pisos que la organización controlaba en València, Sedaví, Alzira y Dénia. Todas ellas eran de origen chino y ejercían la prostitución bajo coacción. Habían sido captadas en sus países de origen bajo falsas ofertas de empleo y, una vez en España, habían sido explotadas y obligadas a prostituirse para abonar la deuda contraída del viaje. Algunas de las víctimas reconocieron que habían sido trasladadas desde Madrid a València y que, periódicamente, eran cambiadas de lugar.

La investigación puso de manifiesto que la organización tenía a las víctimas aisladas de la sociedad, encerradas en viviendas que eran controladas por integrantes de la misma. De esta forma, conseguían desarraigarlas de cualquier red de apoyo social -amigos, compatriotas, vecinos o clientes- para tener el control total sobre ellas y lucrarse con su explotación.

Además, las mujeres carecían de documentos de identidad y, pese a llevar tiempo en España y estar ejerciendo la prostitución, muchas de ellas carecían de dinero. La explotación sexual era permanente, siendo obligadas a ejercer la prostitución simulada bajo la práctica de masajes, a cualquier hora del día o de la noche, siempre que fueran requeridas por algún cliente.

Los agentes constataron que las víctimas liberadas carecían de medios económicos, así como de la posibilidad de obtenerlos de manera lícita, por encontrarse en situación irregular y no contar con autorización de residencia ni trabajo. Asimismo, tal como han relatado las propias víctimas, tenían que estar disponibles las 24 horas del día, sin periodos de descanso; tampoco contaban con la posibilidad de descartar practicar sexo con determinados clientes y eran amenazadas con castigos si incumplían las normas. Por otra parte, la mitad de lo que cobraban a sus clientes por los servicios que prestaban tenía que ser entregado para la “casa”.

 

 
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