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'En el Aire'

Jesús del Río repasa la historia aeronáutica en Aranda tras el éxito de la exposición del Ejército del Aire 'Historia de una Aventura' y hace un reconocimiento a Nuestra Señora de Loreto

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Aranda de Duero

Buen día. Para ponernos en el aire, en situación de vuelo, permitidme hacer unos apuntes -anecdóticos e históricos- de hechos acaecidos en tiempo atrás. En Coruña del Conde, pueblo ribereño, nació en 1.757 un precursor de la aeronaútica, Diego Marín Aguilera; un pastor de oficio, enamorado del volar de los pájaros. Tras observarlos detenidamente, inventó -y construyó con ayuda del herrero del pueblo-un artilugio en el que, una noche de mayo de 1.793, se insertó dentro de la máquina y -desde el cerro de arriba de las casas- se lanzó moviendo las alas con poleas, y recorrió unos 400 metros; cayendo al suelo -y golpeándose- por la rotura de una pieza. Sus vecinos le consideraron loco, y quemaron el aparato. Diego murió a los 42 años, triste e incomprendido.

Otra escena, ya en Aranda, a principios del siglo XX, donde el ver pasar un aeroplano, era muy raro e infrecuente. Pero un día de 1.913, se supo que un aviador francés iba a venir -en su viaje de Burgos a Madrid- con su aeroplano, haciendo escala en nuestro término. Lo cuenta el escritor costumbrista local Sulidiza, en su libro Estampas Arandinas, y dice que el 1 de abril, avisados por lanzamiento de cohetes del acontecimiento, un gran gentío se trasladó muy temprano –a pie o en carros- al Prado Marina. Allí vieron un punto negro que se acercaba, aumentando de tamaño hasta que aterrizó suavemente (a los 35 minutos que tardó desde Burgos, todo un record…), siendo rodeado y recibido por autoridades y bellas señoritas que le obsequiaron con flores, y entablando entre ellos conversaciones con ayuda de un intérprete; luego continuó su camino, sin problemas. Al día siguiente era motivo de una cancioncilla que empezaba así: ‘A las seis de la mañana/unos cohetes tiraron/ y todo el pueblo corría/ por la llegada de un aeroplano’. Letrillas de la musa popular…

Unos años después, en 1.922, se produjo un accidente de aviación en Aranda, cuando un aparato que había aterrizado en El Montecillo, al volver a intentar elevarse, le faltó espacio y cayó al río, de donde tuvo que sacarse con la ayuda de un par de mulas, en el paraje de La Lorenzana.

Y, tras estos antecedentes lejanos, voy con el meollo. Que es el mundo de la aviación; el hacerme eco del éxito obtenido por la exposición del Ejército del Aire titulada ‘Historia de una Aventura’, que cuenta -principalmente con paneles y maquetas, muy ilustrativos y didácticos- los principales hitos de la Aeronáutica española desde los inicios y hasta nuestros días, que ha sido acogida muy favorablemente por el numeroso público que la ha visitado (aún puede verse hoy y mañana, hasta su clausura), y que se ha complementado con la muestra en nuestra Pza. Mayor de aparatos ‘de verdad’, como un avión T6 de enseñanza, y la cabina de un Phanton II; todo muy espectacular. Por iniciativa y gestión del Centro Cultural de Ntra. Sra. de Loreto, con casi ya medio siglo a sus espaldas -y con apoyo municipal-, el Ejército del Aire nos ha obsequiado con esta exposición que se une al ya largo capítulo de aportaciones a la vida arandina, especialmente en las fiestas patronales. Como los paracaidistas de la PAPEA, los reactores de Salamanca, las bandas de música militares, etc. -que ya consideramos entre tradicionales y muy nuestros, por la relación que mantenemos con los aviadores militares que tanto se involucran con nuestra Villa. Y el lazo de unión de esa relación es la asociación de la Virgen de Loreto, que viene cultivando y enriqueciendo desde hace muchos años, con tan buenos resultados de mutua estima, y que esperemos siga siendo duradera.

Tras lo anterior, quisiera seguir poniendo el acento en algunos detalles de su historia, coincidiendo con que -además- hace tres días ha sido su 48 aniversario. Nació de una reunión mantenida el 17 de febrero de 1.971 en el Bar Ruby de la C/ San Francisco, en la que estuvieron -además de representantes municipales y de la Guardia Civil- el Teniente Coronel del Ejército del Aire -y paisano nuestro- Carmelo Revilla Cebrecos, y un muy nutrido grupo de arandinos que habían hecho la mili en el arma de aviación (condición imprescindible); y -como objetivo- para crear una cofradía que, bajo la advocación de la patrona del Ejército del Aire y de la Aviación, en general, Ntra. Sra. de Loreto, fuera el motivo para estrechar los vínculos de amistad y compañerismo que años atrás les habían unido bajo una misma bandera. De allí salió una gestora encabeza por Julio Martinez (presidente) y José Simón (vicepte.) -que habían servido en el campo de aviación de La Ventosilla-, y que luego se transformó en Junta Directiva con los primeros 45 socios fundadores, que pusieron -cada uno- 100 pesetas para los primeros gastos.

Se compró la imagen en las Hermanas Pías de Madrid; se entronizó y bendijo por el capellán D. Julián del Olmo y se llevó a la Iglesia de San Juan desde Sta. María; y se acordó nombrar Hermano Mayor a los sucesivos Ministros del Aire. Alrededor del 10 de diciembre de 1.971 fue el estreno del ‘Día de la Patrona’, con vísperas, misa y procesión por las calles céntricas, el desplazamiento a la ermita de la Virgen de las Viñas para cantar la salve, el aperitivo, la comida de hermandad, el funeral por los difuntos al día siguiente…, tal y como se ha venido haciendo hasta ahora, en sus 48 años. En el recuerdo, actos tan importantes como el monolito de homenaje en Coruña del Conde a Diego Marín; la Medalla de Oro del Ayuntamiento de Aranda al Ejército del Aire; la exhibición aérea de la Patrulla Águila en la zona de La Calabaza... y muchos más que perduran en la memoria de los socios (de esta primero Cofradía, después asociación cultural), que realizan cada año una excursión a una base militar -donde reviven viejos tiempos-, y que son actualmente unos 120 (en los mejores momentos más de 250); pero que pretenden -como principal objetivo- conservarla a toda costa, dando paso a simpatizantes, que ya los hay. También, el mantener la vinculación con el Ejército del Aire -incluso para incrementar las relaciones-, con el apoyo de algunos altos mandos en activo -paisanos de Aranda o la Ribera, o con fuertes lazos de amistad-; y para que la excelente conexión entre ambas partes siga siendo tan arraigada y fructífera.

Acabo con un sencillo pero entrañable mensaje a los arandinos del Centro Cultural Ntra. Sra. de Loreto (a los socios y a su presidente actual, Juan Antonio Sanz Arranz, que tiene una larga y fecunda trayectoria en el cargo).

‘Gracias por vuestro esfuerzo para dinamizar nuestra Villa. Larga vida y un abrazo…’

 
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