Evidencias
Firma de opinión. Javier Vilaplana. Evidencias
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Córdoba
No parece hoy día razonable dudar, ante la contundencia de la evidencia, de que la tierra -como siempre debió ser- ocupa de nuevo el centro del universo y vuelve a extenderse como una gran superficie plana y perfecta.
Del mismo modo, no resulta sensato discrepar del hecho de que las vacunas, un mal propagado desde oscuros laboratorios, son una de las principales causas de las enfermedades que padecen nuestros niños.
Igualmente, nadie en su sano juicio debería cuestionar que los extranjeros vienen a quitarnos los mejores puestos de trabajos, acaparando, además, las principales ayudas públicas.
¿Quién, medianamente informado, podría no estar de acuerdo en que la violencia de género es una invención de mujeres modernas que solo buscan someter al varón?
Hace algún tiempo habríamos sonreído al escuchar estos y otros tópicos similares. Hoy no.
Verdades científicas se ponen en duda con afirmaciones tan peregrinas como eficaces, cotizando al alza el desprecio por el conocimiento riguroso que queda relegado por lo inmediato y lo emotivo, lo apresurado y lo visceral. Posverdad lo llaman, y hay quien ha dicho que no deja de ser la mentira de toda la vida magnificada por las redes. Pero también, hay quien, como el pensador Yuval Noah Harari, sostiene que somos tan crédulos y estamos tan inermes ante los cuentos que nos cuentan, que lo que hoy llamamos posverdad no sería sino la verdad de toda la vida. Por eso nos resulta tan difícil combatirla.
Pero además de la ciencia, también determinadas garantías jurídicas y victorias políticas que se creían inatacables se cuestionan con virulencia, desprotegiendo y desarmando a quienes, como sostiene Ferrajoli, debería amparar la Ley, es decir, a los más débiles.
Los falaces mecanismos de la mentira pueden afectar a nuestra concepción de las leyes, esas mismas que creíamos tener ya para siempre y es que, como sostiene la profesora Lynn Hunt, nuestros derechos cambian cuando se altera su base emocional, precisamente, la línea de flotación atacada por los mentirosos.