No todos queremos filosofar
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José Carlos Ruiz. No todos queremos filosofar
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Córdoba
Hola buenas tardes, seguro que algunos de ustedes coinciden conmigo cuando les diga que no todos queremos filosofar, me explico. Igual recuerdan que el jueves pasado celebramos el día Mundial de la filosofía, pero yo me pregunto ¿qué es lo que realmente se celebró? Yo lo hice, pero he de confesar que me quedé con un regusto agridulce. Un sabor agridulce porque tengo la sensación de que la filosofía no interesa más allá de lo anecdótico. Se ha convertido en una excusa para el “bienqueda” que invita a la filosofía a formar parte del sarao porque es políticamente correcto tenerla a mano. Precisamente esto es lo que les sucede a nuestros políticos que hacen declaraciones enfáticas de apoyo a la filosofía, pero luego no mueven ficha.
Lo curioso del tema es que la demanda social en torno a la filosofía no cesa de crecer, pero al igual que sucede en otras ocupaciones la filosofía ha visto usurpada su labor por interlocutores sucedáneos que hacen las veces de, y así nos va.
En los negocios, por ejemplo, se habla de ética de la empresa pero no son los filósofos, en medicina están los comités de bioética, pero apenas tienen filósofos y, por si fuera poco, los libros de autoayuda se han apoderado de las enseñanzas de la filosofía para usarlas a su antojo.
En fin, que la filosofía está presente en todos lados, pero no cuenta en ninguno. En esta sociedad de la ominapantalla, de la turbotemporalidad y del entretenimiento todos pretendamos estar cerca de la filosofía para salir en la foto, pero a la hora de la verdad, no todos queremos filosofar.