Sentencia de los ERE
Juan Infantes
Jerez de la Frontera
A la hora que se escribe esta columna, ignoro el sentido del fallo de la sentencia que pone fin a la llamada ‘pieza política’ de los EREs andaluces, que a decir del propio presidente del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía “es una de las más complicadas de la historia judicial en España”.
Se rumorea que serán unos 1.700 folios los que conformen dicha sentencia, y por tanto en la línea de extensión de la sentencia de la trama Gürtel que condenó al Partido Popular como partícipe a título lucrativo, algo que tuvo incluso su repercusión política con la moción de censura al presidente Rajoy.
Desconozco el alcance jurídico de la causa y sus –me imagino- imbricadas cuestiones, pero hoy como ciudadano de a pie, agradeceré que, sea cual sea el resultado de dicha sentencia, que en cualquier caso será recurrible al Supremo, hagamos una lectura honrada y honesta de la misma como meros administrados, dejando al margen nuestros gustos o preferencias por tal o cual sesgo político.
Como sostenía Zygmunt Bauman en su recomendable libro Modernidad Líquida, «las diferencias nacen cuando la razón no está suficientemente despierta o cuando vuelve a quedarse dormida». No debe haber diferencias cuando de 680 millones de euros malversados hablamos. Los ciudadanos de esta castigada tierra merecemos ya, de una vez por todas, el respeto de nuestros gobernantes.