Zona acústicamente saturada
La Columna de Carlos Arcaya | Zona acústicamente saturada | 19/11/2019
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Alicante
La sentencia que insta al Ayuntamiento a declarar el centro tradicional como una zona acústicamente saturada vuelve a poner de manifiesto el fracaso de la política en esta ciudad, que ha provocado esta situación enquistada.
El último exponente de esta cadena de errores que han desembocado en un problema de convivencia, es la recogida de firmas de los hosteleros. Como reacción, los vecinos podrían iniciar una recogida alternativa y así empezaríamos a medir fuerzas.
El problema se gestó antes de que fueran rechazadas sendas propuestas para que el Pleno municipal declarara la zona saturada en 2013 y 2017.
Alicante ha adolecido de un plan global para el centro que pase por la peatonalización y la humanización de los espacios. Aquí hemos ido al vaivén de los tiempos.
La necesaria planificación hubiera permitido esponjar las terrazas -y conservar los empleos de los bares-, conjugarlas con otras actividades tan necesarias como la hostelería, hacer las calles transitables y permitir que los vecinos puedan vivir en sus casas. Y que Alicante, en vez de tener un problema, tuviera un centro vivo y atractivo.
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