El silencio de Radio Palencia

Palencia

Durante seis días no hemos podido escuchar Radio Palencia de la Cadena Ser. Un virus informático ha tenido en silencio esta emisora que escuchamos tantos palentinos.

Preocupación, nerviosismo, tristeza, dolor, impotencia… eran algunos de los sentimientos que tenían los profesionales de esta emisora. No podían hacer absolutamente nada para arreglar esta situación. Estos días he descubierto a un equipo de profesionales que aman su profesión y se sienten privilegiados de trabajar en este medio. Estaban tristes, abatidos, preocupados por las pérdidas que ha supuesto este ataque a su empresa.

Durante todos estos días han recibido el cariño de oyentes, colaboradores, compañeros, familiares, y de todos los anunciantes que no les han dejado atrás en ningún momento.

Esta es la séptima temporada que colaboro con esta emisora. Y me siento orgulloso de poder colaborar con este equipo humano, valiente, atrevido, crítico, original… que forman los ocho trabajadores de Radio Palencia.

Estos días era extraño no poder escuchar los diversos programas, los anuncios, las noticias, la información deportiva, el magazine. Era como que a la Ser de Palencia le habían robado su alma, su esencia, su sentido y su originalidad.

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Una Radio, sin programación local pierde parte de su sentido. La cercanía más próxima, las noticias que nos interesan, el escuchar a nuestros vecinos, el buen hacer de muchos colectivos, los aciertos y los errores de nuestros políticos, la información del tiempo, los anuncios de nuestras empresas, las reivindicaciones más cercanas, las noticias de los pequeños pueblos, los resultados de nuestros equipos, los programas en la calle, una página web, hecha por y para los palentinos…

Este ataque informático me hace pensar que en esta época de la globalización, lo local es necesario e imprescindible. El silencio de esta emisora nos ha hecho perder estar bien informados de las elecciones. Ha faltado el sentido crítico que esta emisora regala a los palentinos.

Conozco a varias personas que sólo conectan con la Ser cuando hay programación local. Lo hacen para estar bien informados, para entretenerse y escuchar los sonidos de nuestra vida más cercana.

Cuando algo cotidiano falla es cuando más lo echas en falta. Esto nos ha pasado a muchos palentinos estos días. Vecinos mi barrio me preguntaban preocupados. ¡Nos falta lo nuestro!, me decía un comerciante.

La vida diaria se hace de encuentros, trabajos, escuchas, diálogos, comunicación, cariño, información, sonrisas, críticas, despedidas, consejos, animación… Esto es lo que nos ha faltado a los oyentes de radio Palencia durante estos días.

Mi cariño hacia todos sus profesionales. Veros trabajar con la fuerza con la que habéis vuelto es el mejor regalo que nos hacéis a vuestros oyentes.

¡Esperemos que ni esta emisora, ni ninguna empresa o institución reciban más ataques de este tipo!