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Elecciones Generales 10-N 2019

10-N en Madrid: siete meses y tres elecciones después

El PP puede pasar del fracaso absoluto a la recuperación de posiciones perdidas. La izquierda revive el miedo a la fragmentación, la desmovilización y al escaso interés que parece haber despertado el nuevo proyecto de Errejón

Papeletas de los candidatos al Congreso y al Senado, en el centro logístico de las póximas elecciones generales del 10N en Alcalá de Henares (Madrid), a 31 de octubre de 2019. / Jesús Hellín - Europa Press (EUROPA PRESS)

Papeletas de los candidatos al Congreso y  al Senado, en el centro logístico de las póximas elecciones generales del 10N en Alcalá de Henares (Madrid), a 31 de octubre de 2019.

Madrid

Los análisis sobre cualquier realidad electoral caducan en días, incluso en horas. Tres convocatorias electorales con resultados o sondeos dispares, avalan que cualquier lectura que hagamos hoy sobre una cita con las urnas, no dejará de ser una simple foto fija de un momento muy concreto.

Desde que el 28 de abril los madrileños pasaron por los colegios electorales, los votantes de derechas o de izquierdas han pasado de la euforia al mazazo y viceversa. Sin apenas tiempo a digerir lo que pasa después de cada noche electoral. Todo cambia a un ritmo frenético.

El socialista desatado que se las prometía muy felices con la victoria de Pedro Sánchez en las generales, comprobó un mes después como a la izquierda se le escapaba de las manos el gobierno de la Comunidad y el bastón de mando de la capital. En Madrid, sin ir más lejos, en el tiempo que duran dos estaciones, el PP superó la alergia primaveral del primer tropiezo de Casado -muchos le daban por amortizado- con la recuperación en verano de sus dos plazas clave. El poder puede con todo y al PP se le debe reconocer el mérito de haber liderado unas alianzas -imposibles para la izquierda- que han convertido un rotundo fracaso en las urnas en un éxito discreto en las instituciones.

De Más Madrid a Más País

Sin que el grupo municipal de Más Madrid hubiese superado el shock de la derrota de Carmena en las municipales, Errejón anunció por sorpresa el lanzamiento de Más País. Errejón lo hizo cuando apenas había participado en un par de plenos en la Asamblea, en la que primero cedió la portavocía del grupo y después entregó -lo ha hecho esta misma semana- su acta como diputado.

La exalcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, durante el acto de clausura de la campaña electoral de Más Pais en Madrid

La exalcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, durante el acto de clausura de la campaña electoral de Más Pais en Madrid / Jesús Hellín

La exalcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, durante el acto de clausura de la campaña electoral de Más Pais en Madrid

La exalcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, durante el acto de clausura de la campaña electoral de Más Pais en Madrid / Jesús Hellín

Una de las claves de esta noche electoral es saber si este fenómeno que nació como movimiento municipalista aquí encuentra un sitio entre la izquierda y logra en su principal caladero de votos que es Madrid, un resultado que le permita entrar en el Congreso de los Diputados. Si no fuera así, Errejón pagará un precio muy alto. En el camino se han quedado una alcaldía con un trabajo bastante discreto en la oposición municipal y un grupo en el parlamento madrileño poco sólido y en el que ya se ha producido algún portazo como el de la antigua portavoz de Más Madrid, Clara Serra.

Errejón ha echado mano de Manuela Carmena a la desesperada en un par de ocasiones durante la campaña pero hasta el tirón de la ex alcaldesa parece haber entrado en horas bajas tras su salida del Palacio de Cibeles. Fuera de los medios y sin recursos económicos, su campaña en Madrid ha pasado bastante desapercibida por todos.

La recuperación del PP

El presidente del PP y candidato del partido a la Presidencia del Gobierno, Pablo Casado; la vicepresidenta tercera del Congreso y 'número dos' del PP en Madrid, Ana Pastor y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso durante el mitin del partido de fin de campaña

El presidente del PP y candidato del partido a la Presidencia del Gobierno, Pablo Casado; la vicepresidenta tercera del Congreso y 'número dos' del PP en Madrid, Ana Pastor y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso durante el mitin del partido de fin de campaña / Óscar J.Barroso/AFP7

El presidente del PP y candidato del partido a la Presidencia del Gobierno, Pablo Casado; la vicepresidenta tercera del Congreso y 'número dos' del PP en Madrid, Ana Pastor y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso durante el mitin del partido de fin de campaña

El presidente del PP y candidato del partido a la Presidencia del Gobierno, Pablo Casado; la vicepresidenta tercera del Congreso y 'número dos' del PP en Madrid, Ana Pastor y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso durante el mitin del partido de fin de campaña / Óscar J.Barroso/AFP7

En abril el Partido Popular obtuvo en Madrid los peores resultados de su historia. En Génova 13 auguraban unas autonómicas y municipales terroríficas y se cuestionó desde dentro la elección de los carteles de Ayuso y Almeida escogidos personalmente por Pablo Casado.

Hace siete meses, en las generales, el Partido Popular perdió su liderazgo madrileño y se convirtió en la tercera fuerza más votada. Se produjo el temido 'sorpasso' naranja y Ciudadanos se las prometía muy felices tras vencer al PP al que terminó levantándole no solo los votos, también a su ex presidente regional, Ángel Garrido.

Pasado el tiempo, el PP ha logrado recuperar posiciones y curar, con el Betadine del poder, las divisiones internas. Aunque en la Comunidad y el Ayuntamiento se han producido roces en los gobiernos bipartitos, los populares llevan el peso y ponen la cara a una presidencia y a una alcaldía, un escenario en el que Ciudadanos ha pasado a tener a un papel secundario, con carteras de segundo rango y fracasando en su intento inicial por convertir a Begoña Villacís en alcaldesa.

Fueron, sin lugar a dudas, la parte perdedora de unas largas negociaciones veraniegas y este 10 de noviembre puede plasmarse en datos que el PP sigue ganando terreno al partido de Albert Rivera. La recuperación del Partido Popular y el empuje de VOX pueden condenar a Ciudadanos a una pérdida considerable de peso político que ha tenido aquí de manera casi fugaz. Una situación que conducirá, sí o sí, a nuevos desencuentros impostados en la Puerta del Sol. No pinta bien la cosa en los "dos gobiernos en uno" de Isabel Díaz Ayuso e Ignacio Aguado.

Móstoles. Destino no encontrado

Al PSOE de Madrid, que mantiene en suspenso una renovación hasta que se disipe el nubarrón nacional, le ha estallado en las manos en plena campaña electoral, el caso Noelia Posse.

Uno no sabe si es peor que el partido no haya tomado medidas contundentes contra la alcaldesa mostoleña conocida en toda España por sus casos de enchufismo o que una parte de la dirección de ese partido admita sin micrófonos -y para quitarle peso al tema- que situaciones similares se producen en muchos ayuntamientos.

Móstoles es un caladero importante de votos para los socialistas pero por allí no ha pasado nadie en campaña. Ningún ministro, ningún dirigente regional... Tampoco Pedro Sánchez, especialmente indulgente con este escándalo y que sí protagonizó un acto en Alcorcón al que Noelia Posse, ya suspendida temporalmente de militancia, no se presentó. El PSOE de Madrid ha metido debajo de la alfombra roja el caso hasta después de estos comicios. El comité de ética se lo toma con calma. Posse sigue siendo alcaldesa y gobierna allí con una mutación genética de Podemos que mantiene como secretario de organización a un antiguo miembro de Falange.

Esta noche será interesante como afecta a la marca socialista todo lo que ha pasado en la localidad. Posse nunca fue un cartel de tirón pero el partido sí puede resentirse de la tibieza con la que la dirección federal ha afrontado un asunto bastante feo y que puede esconder más sorpresas en el futuro.

VOX. Xenofobia sin complejos.

La portavoz de Vox en la Asamblea de Madrid, Rocío Monasterio interviene en un mitin del partido de Vox, en la Plaza de Colón

La portavoz de Vox en la Asamblea de Madrid, Rocío Monasterio interviene en un mitin del partido de Vox, en la Plaza de Colón / Ricardo Rubio

La portavoz de Vox en la Asamblea de Madrid, Rocío Monasterio interviene en un mitin del partido de Vox, en la Plaza de Colón

La portavoz de Vox en la Asamblea de Madrid, Rocío Monasterio interviene en un mitin del partido de Vox, en la Plaza de Colón / Ricardo Rubio

Cuando Rocío Monasterio se presentó en uno de los centros para menores extranjeros no acompañados ya se intuía que no lo hacía por caridad cristiana. Hortaleza y el mensaje xenófobo que relaciona inmigración y delincuencia ha estado presente en toda la campaña de la ultraderecha, el socio molesto y necesario de PP y Ciudadanos, que lejos de afear ciertas conductas, han pasado de puntillas por los escándalos profesionales de Monasterio y han llegado a respaldar proposiciones en la Asamblea como la que instó el pasado jueves al gobierno a prohibir los partidos independentistas.

VOX es una formación en ascenso en Madrid. Manejan ese mensaje sin complejos. La ultraderecha parece haber encontrado en barrios de clase media un público cabreado con el resto de partidos, dispuesto a dar un respaldo a la España que madruga... y veta a los medios molestos en sus actos. Un dato. Vox llenó la Plaza de Colón el mismo fin de semana en que PP y Ciudadanos se reunieron en Sol junto a unas 400 personas contra la situación que se vive en Cataluña.

La estrategia de quedarse fuera de los gobiernos de Ayuso y Almeida parece haber ayudado más a VOX que a los miembros de los bipartitos madrileños. Desde fuera, Monasterio y Ortega Smith son la mosca cojonera que pone el colchón musical a los gobiernos, prorroga presupuestos y condiciona acciones de gestión con medidas tan marcianas como el estudio del imposible soterramiento de la Gran Vía. Todos, también la izquierda, han ido alimentando a la criatura que puede pegar el estirón en Madrid esta misma noche. Neutralizar este fenómeno le puede costar al PP, mucho más de lo que le ha costado reducir a Ciudadanos. Su principal amenaza tan solo siete meses. Parece que ha pasado toda una vida.

Javier Casal

Javier Casal

Presento el informativo Hora 14 en la SER. Durante 11 años estuve al frente de la actualidad de Madrid...

 
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