"La única violencia fue la de la policía", declaran los jóvenes procesados por intentar impedir un desahucio en Oviedo
Comienza el juicio por unos hechos acontecidos en 2012 durante el desahucio de una familia con un bebé de 6 meses
Oviedo
En los juzgados de Oviedo ha tenido lugar esta mañana la primera sesión del juicio contra cinco jóvenes acusados de intentar impedir de forma violenta un desahucio en 2012. La Fiscalía pide para ellos penas que van desde una multa por un delito leve de amenazas, hasta año y medio de prisión e indemnización de 3.600 euros, por delitos de amenazas, atentado contra la autoridad y lesiones. Los cinco acusados, arropados por la Plataforma de Afectados por la Hipoteca de Asturias, han defendido su inocencia, declarando ante el juez que su acción fue "pacífica", por una causa justa y solidaria, y que "la única violencia fue la empleada por la policía, ellos fueron los que se saltaron el cordón policial".
Los hechos por los que este viernes ha comenzado el juicio contra estos cinco jóvenes conocidos como “Las cinco del Naranco” se remontan a junio de 2012, cuando un nutrido grupo de personas convocadas por la Plataforma de Afectados por la Hipoteca se concentró en la calle Augusto Junquera de Ciudad Naranco con la intención de evitar por segunda vez el desahucio de la familia formada por Jorge, que estaba en huelga de hambre, su mujer Patricia y su bebé de 6 meses.
En la calle ya se había establecido desde las seis de la mañana un fuerte cordón policial. Desde el primer momento llamó la atención la presencia de cerca de 60 agentes antidisturbios que incluso cortaron buena parte de la calle. La operación para ejecutar el desahucio duró más de cuatro horas siendo necesario romper la puerta del portal y hacer un butrón para poder desalojar la vivienda, en la que se habían atrincherado varios activistas. Para tal tarea se avisó a los bomberos pero ante su negativa a llevar a cabo tal tarea fueron los propios policías los que tuvieron que abrirse paso echando a bajo la entrada del edificio, que había sido apuntalada, y realizando un butrón para acceder a la vivienda ante la imposibilidad de abrir la puerta.
Según el escrito de la Fiscalía los concentrados en la calle intentaron evitar la entrada al inmueble de la comisión judicial, se mencionan "empujones, patadas y puñetazos" e incluso como uno de los acusados agarró a un policía por el cuello y luego lo tiró al suelo causándole diversas lesiones. También se describe como desde las ventanas de la vivienda se "arrojaron extintores, tornillos y cubos de agua a los agentes". Además en otro momento los activistas que se encontraban dentro del domicilio a desalojar tiraron también desde una ventana algunas mochilas. Fue precisamente en ese momento, señala el Ministerio Fiscal, cuando un policía intenta interceptar una de ellas, que uno de los acusados "se abalanzó sobre él" dando lugar a que otros agentes lo sujetaran, pero arremetiendo el joven también contra ellos.
Todo lo anterior lo niegan los cinco acusados que se han declarado inocentes ante el juez. Según su versión, que sus abogados aseguran está avalada por pruebas sonoras y vídeos, "la concentración fue pacífica y solidaria y fue un policía el que rompió el cordón policial" siendo seguido por el resto de los agentes y provocando el tenso altercado que acabó con varios identificados, aunque tan solo dos de ellos fueron detenidos. De hecho los otros tres acusados fueron imputados 5 años después de los hechos. Rafael Velasco, abogado de uno de ellos, ha explicado que su defendido "eludió la carga policial como buenamente pudo, como cualquier persona puede hacer en una situación así, y siguió en la concentración porque no tenía nada que esconder, no tenía nada que ocultar. Si hubiera sido como cuenta el escrito de la fiscalía - ha añadido - hubiera sido detenido inmediatamente. Es incomprensible que ante una agresión a un compañero policía al que tiran al suelo según relata el Ministerio Fiscal los policías no los detengan", ha finalizado.
El letrado que ha hablado en nombre de todos los acusados aunque representa solo a uno de ellos ha insistido en que "los jóvenes han dicho la verdad, su participación en un acto de solidaridad y no en ningún delito", y preguntado por la violencia que describe la Fiscalía insiste en que "hubo violencia, claro que hubo violencia por la parte de la carga policial; la única violencia que hubo fue una carga policial desmesurada y desproporcionada y los que fueron lesionados realmente fueron parte de los acusados".
Las defensas de los cinco acusados piden la absolución si bien consideran que "cualquier sentencia aunque fuera absolutoria sería injusta" porque en estos más de siete años de espera, una "dilación sin explicación legal", los acusados han vivido todos este tiempo sometidos a una tensión innecesaria.