¿El Consejo del Levante quiere renovar ahora a Paco López?

Valencia

El Levante se está complicando la vida y nos adentramos en unas semanas difíciles para Paco López y para el presidente Quico Catalán porque no hay más actores en esta película. Todos los demás son protagonistas secundarios o intérpretes de reparto, pero ellos y solo ellos tienen que defender ante su plantilla y ante su Consejo las dos cuestiones capitales sobre el futuro deportivo de la entidad.

Paco López tiene que solucionar con urgencia la situación emocional y futbolística por la que atraviesa el equipo y el presidente deberá trasladar durante las próximas semanas el principio de acuerdo alcanzado para la ampliación del contrato del entrenador.

Para los que me tildaron de alarmista hace unos días podría repetir palabra por palabra el artículo que publiqué como medida preventiva antes del partido ante el RCD Espanyol 'El Levante necesita encontrar un patrón' refiriéndome exclusivamente a los continuos cambios de jugadores y de sistemas sin que ninguno de ellos terminara de cuajar. 

Sin embargo, después de la última derrota y viendo a Campaña derrumbado, a Morales frustrado, a Roger apretando la mandíbula para contener la rabia y a Coke demandando un apoyo mayor de la grada para que el equipo no entre en pánico, mi grado de preocupación ha aumentado varios puntos porque estamos en la décima fecha del campeonato y en vísperas de una jornada intersemanal con la Real Sociedad, el Barça y el Athletic como próximos rivales. No pinta bien.

Y justo en este instante tan delicado de la competición es cuando el Consejo tenía previsto reunirse para aprobar o paralizar el acuerdo de renovación que el presidente Quico Catalán ha alcanzado con Paco López por dos temporadas más y con un aumento salarial que se aplicaría con carácter retroactivo desde el presente ejercicio, es decir un nuevo contrato por tres años.

Únete al canal de WhatsApp de la SER

La reunión se ha aplazado por problemas de agenda de varios consejeros, pero fundamentalmente porque no era el momento más oportuno para escenificar un acuerdo de renovación que se gestó en la previa del partido disputado en Girona, donde el Levante logró la permanencia, con un pacto tácito entre presidente y entrenador para que cada uno se olvidara de las cláusulas de escape y se emplazaron a la conclusíon del partido de Montilivi para darse el ‘si quiero’ por muchos años.

La relación entre ambos se acentuó en ese tránsito entre la salida de Vicente Blanco ‘Tito’ y la llegada de Manolo Salvador, porque durante ese mes ya hubo una primera toma de contacto con el agente del entrenador para abordar la continuidad de ‘su mister’ e incluso cerraron el fichaje de Gonzalo Melero sin que hubiera un nuevo director deportivo.

Por lo tanto, Quico Catalán llevará al Consejo una renovación que no pasó previamente por el filtro de ninguna dirección deportiva. En primera instancia por su inexistencia y en la actualidad porque la decisión ya estaba tomada mucho antes de la llegada de Manolo y David Navarro, que han sido meros elementos consultivos y espectadores de una negociación económica que ha llevado en exclusiva el presidente.

No obstante, el presidente si que encontró con posterioridad el respaldo del nuevo director deportivo, que está convencido que Paco López reconducirá la situación porque ya lo ha demostrado en momentos de mayor presión y porque considera que más pronto que tarde asistiremos a la selección natural de los elegidos.

Los rendimientos individuales terminarán construyendo el once más competitivo posible y en el que aquellos que no alcancen el nivel quedarán relegados a la suplencia o irán a la grada. La edad del buenismo ha terminado.

¿DEJAMOS LA RENOVACIÓN EN EL CAJÓN?

Y ahora la peor decisión sería la indecisión, la duda. Lo valiente sería defender ante el Consejo que Paco López es el entrenador del proyecto cuando hay otra realidad y es que son varios los consejeros que no tienen confianza en el técnico de Silla.

Aprobar la continuidad de un entrenador en este instante de la temporada sin encontrar un respaldo unánime de los consejeros sería una temeridad y una imprudencia, como histórica sería que una decisión propuesta por el presidente fuera tumbada por su Consejo.

Lo responsable sería esperar a ver como evoluciona o involuciona el equipo, porque lo que seguro que no tendría defensa para el presidente y su Consejo es el anuncio de la renovación de Paco López y que dentro de un mes se tengan que reunir para estudiar una posible destitución. Eso sería inadmisible.

Es preferible, que Quico Catalán despeje este asunto a otro momento de la temporada aunque tenga que pasar una mala tarde cuando le comunique a Paco López que su renovación sigue a buen recaudo en el cajón de su despacho, que tener que justificar ante sus accionistas una decisión que en este momento es inoportuna.