Patinetes eléctricos del infierno
A Coruña
Buenas tardes, queridos oyentes. El otro día me atropelló un patinete eléctrico. Nada grave, no se preocupen, el patinete está perfectamente.
¿Saben lo que se siente al ser atropellado por un patinete eléctrico? Pues se lo digo yo, vergüencita. Vergüenza porque ya puestos a ser atropellados, que te atropelle algo guay, yo que se, un elefante, un coche de la policía de Nueva York o una manifestación de pensionistas, pero que te atropelle un patinete eléctrico es de los atropellos más cutres de la historia.
Y también sentí otro tipo de vergüenza, esta vez por la raza humana. Se nos ha ido la olla con esto de los patinetes eléctricos. Yo estoy muy a favor de la tecnología, pero este invento del demonio creo que va a acabar con nosotros. Si la obesidad es la pandemia del siglo XXI y lo único que podemos hacer los ciudadanos de a pie es caminar (por eso nos llamamos "de a pie") para bajar el colesterol y los triglicéridos, si empezamos a usar estos cacharros del averno, acabaremos convertidos en bolas de sebo.
Si yo he visto a gente que va al gimnasio en patinete eléctrico ¡por favor! Eso es como ir al congreso de los diputados con honestidad. ¡No tiene sentido!
En fin, amigas y amigos, si usan patinete, vayan con cuidado, y si no lo usan, vayan con más cuidado aún. Qué duda cabe.