Sociedad

Censura a la censura

El recital 'Para que escuchen tu canto' celebra la capacidad de la canción como acción de protesta

Lourdes Guerra, Amparanoia, Carmen Boza, Jesús Bienvenido, Dani Obregón y Rafael Campos en el Teatro Falla de Cádiz / Cadena SER

Cádiz

En el recital Para que escuchen tu canto hubo tres momentos sublimes: Luis Pastor y Lourdes Guerra cantando su homenaje a Violeta Parra Mariposa de noviembre, con el mero golpe de las manos sobre el pecho de acompañamiento musical y con remate a la bandera republicana; la comparsa de Juan Carlos Aragón, con la emoción de regresar al Falla tras la pérdida de su creador, interpretando su particular Credo; y un sublime Jesús Bienvenido, a capela, emocionando con su pasodoble contra la violencia de género Nombres. Fue en estos tres momentos en los que este concierto en el Teatro Falla, de bella e interesante intención y desigual resultado, cumplió su objetivo: demostrar el poder de la canción como removedora de conciencias, como aspirante a transformar la sociedad y como generadora de desgarros emocionales.

La Delegación de Cultura del Ayuntamiento de Cádiz había promovido este recital con el objetivo de ensalzar la canción protesta en una ciudad como la gaditana, en la que su carnaval ejerce de continua catarsis reivindicativa. El Falla se abría así a las voces diferentes e intergeneracionales de autores que, con su obra, tratan de ir más allá de la música entendida como anestesia. "La canción compartida puede abrir puentes y abrir ojos. Una revolución se puede hacer cantando, porque una canción puede atravesar mejor que una bala", explicó en su intervención inicial la concejala Lola Cazalilla.

El Ayuntamiento apostó por "cantantes que no se dejan llevar por lo mercantil" y combinó a autores consagrados y referentes como Luis Pastor; pioneras en la fusión, como Amaparanoia; jóvenes talentos como la linense Carmen Boza; y auténticos profetas en su tierra como Jesús Bienvenido y la comparsa de Juan Carlos Aragón. El resultado conjunto fue irregular. Al recital le faltó una línea argumental que pudiera unir calidades y estilos tan diferentes. No contribuyeron las excesivas pausas entre actuación y actuación y unas frívolas transiciones fuera del tono que correspondía al mensaje profundo que se quería transmitir.

La voz rasgada de Amparanoia, acompañada únicamente de su guitarra, habló del paso del tiempo, de los recuerdos, del alma de las cantaoras, de la sanación que permite la música. Conmovió con una ranchera, subió el ánimo con una rumba a lo Bambino, y consiguió cierto respaldo con su más rítmica Ella baila bembé, pero lo cierto que es, a pesar de su indudable esfuerzo, no llegó a conectar del todo con el público.

Jesús Bienvenido calentó un frío Falla. "Yo soy tu voz", arrancó su intervención, acompañado al teclado por el maestro Jesús Lavilla y en la percusión por el eficaz Rafael Campos. "Yo he pasado muchos buenos ratos en el Falla. La canción es herramienta para transformar la sociedad y aquí lo sabemos bien porque llevamos más de 100 años cantando. Nadie pudo callarnos. Esto va por todos los represaliados, por todos los que han permitido que disfrutemos la libertad que ahora tenemos", explicó entre aplausos. Bienvenido cantó algunos temas de su disco Sean bienvenidos, cargado de letras con mensaje, algunas extraídas de algunas de sus coplas de carnaval. "La receta de la felicidad es ver, oír y callar". Cantó a los inmigrantes, a la prostitución, a la memoria histórica y dejó su momento más emocionante cantando Nombres, el pasodoble de su comparsa Los santos, dedicado a la violencia de género. Lo hizo solo con su voz, y cada palabra retumbó en el Falla con la franqueza que otorga el mensaje sincero y desgarrado. La canción que atraviesa como bala. "Es un buen momento este de censurar a la censura", aseguró citando a aquellos que no quieren que la violencia contra las mujeres tenga su propio nombre.

Tras un descanso, la comparsa de Juan Carlos Aragón, ataviada como La Gaditaníssima, regresó al Falla tras la muerte de su autor. Con sus componentes aún conmovidos por la pérdida, el director Javier Bohórquez habló para reivindicar a Aragón y su grupo como "un reducto muy pequeño" que se atrevía a expresarse, a defender los derechos de los oprimidos y a cantar sin miedos a consecuencias o veredictos contrarios. Salieron pasodobles a Franco, a los inmigrantes, a los padres y a las madres, y el ya inmortal Credo, incluido en el popurrí de Los peregrinos, que ya es un himno. La comparsa también cantó el pasodoble que dio título a este recital. Para que escuchen tu canto, de Los Millonarios, una letra crítica contra los cantantes de mayor difusión, los Pablos, Alejandros y David, por no usar la música como arma social. "Juan Carlos Aragón estaba en conversaciones para colaborar con alguna multinacional del disco y después de esta letra ya no le llamaron", reveló Bohórquez, orgulloso de que su autor y amigo molestase a los poderosos.

Tras la comparsa, la cantautora linense Carmen Boza desplegó su talento roquero en el Falla, aunque se reconoció "aturdida" de cantar en el teatro gaditano. "Aquí se maneja la verdad. Yo soy devota de la palabra como medio de rebelión". Estuvo acompañada de Estefanía Gómez, al bajo, y de Dani Ballesteros, a la batería. Aunque no todas sus letras se entendieron, Boza aportó frescura en los temas, como representante de una generación absorbida por nuevas presiones sociales como la imagen o la potente vigilancia de un mundo en el que, como en gran hermano, estamos permanentemente vigilados.

El telón se cerró y se abrió por última vez, casi cuatro horas después de haberlo hecho por vez primera, con Luis Pastor y Lourdes Guerra. Deliciosos en su presentación Soy. "Soy lo que fuimos ayer, soy lo que está por venir". Pastor, que fue censurado por el Ayuntamiento de Madrid, acusó al actual alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, de ver en sus espectáculos brujas y fuegos fatuos. "Vivan los aquelarres de la cultura", dijo ante un entregado público. Emocionante sencillez, vibrante profundidad, Pastor y Guerra sellaron momentos sublimes, como la versión a capela de Mariposa de noviembre, con la letra cambiada al final, en el borde del escenario, casi en el foso del Falla. "La voz de mi corazón, canta para que mañana, España vuelva a ondear, bandera republicana". 

Pastor estuvo acompañado en todo momento por Guerra, salvo cuando recitó su poema autocrítico con la izquierda. "O nos reinventamos o nos seguirán dando siempre en el mismo lado", dijo como presentación. "Quisimos cambiar el mundo y el mundo nos cambió a nosotros. Quisimos pescar verdades y se nos olvidó la caña", aseguró.

Al final, Luis Pastor interpretó, junto a algunos de los participantes en el recital, su tema, con letra de Chico César, En las fronteras del mundo. "Soy tú, soy él, nosotros y todos ellos, esclavos del nuevo siglo, desterrados de la vida, condenados al infierno". Pastor, aunque visiblemente cansado por la hora, ya pasada la medianoche, cerró en lo más alto el recital. Una idea por pulir que puede abrir un camino a convertir a Cádiz en fortín de la música con mensaje, en referente de la revolución cantada con el carnaval como símbolo, y en sede constante para, desde aquí, lanzar a los fanfarrones bombas con forma de canción.

Para que escuche tu canto se pudo ver en el Teatro Falla de Cádiz el 13 de octubre de 2019, con Amparanoia, Jesús Bienvenido, la comparsa de Juan Carlos Aragón, Carmen Boza y Luis Pastor.


Pedro Espinosa

Pedro Espinosa

En Radio Cádiz desde 2001. Director de contenidos de la veterana emisora gaditana. Autor del podcast...

 
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