El entierro digno de un guerrillero
Aragón
El cementerio de la localidad oscense de Santa Cruz de la Serós ha vivido esta mañana el entierro de Francisco Subías Duque.... aunque su muerte se produjo el 28 de octubre de 1944. Aquel día, cuando tenía 23 años, murió ejecutado a manos del ejército de Franco cuando participaba en un combate, en el marco de una operación llamada Reconquista de España, un intento del Partido Comunista de derrocar a Franco. Fue enterrado en una fosa común en la Sierra de San Juan de la Peña, cerca de Santa Cruz de la Serós
Exilio a Francia
Francisco Subías nació en la localidad oscense de Antillon en 1921. Cuando tenía 17 años, en 1938, su familia huyó a Cataluña cuando en la Guerra Civil las tropas franquistas avanzaron por el Frente de Aragón. Después la familia de Subías se trasladó a Francia, donde fueron internados en el campo de concentración de Argelés-Sur-Mer, y luego se establecieron en la localidad gala de Touzac. En 1944, cuando las tropas aliadas consiguieron la liberación de Francia, Francisco Subías volvió a España para participar en la Operación Reconquista, pero murió en un combate en el Monte de San Salvador, cerca de Santa Cruz de la Serós. A principios de los años 70 sus dos hermanos localizaron la tumba, con la ayuda con varios vecinos, y colocaron una pequeña lápida.
La excavación de la fosa
En 2018, ARICO (la Asociación por la Recuperación y la Investigación contra el Olvido) comenzó la excavación de la fosa en la que se encontraron los restos de Francisco Subías. El cotejo genético con una muestra sanguinea de un sobrino - que vive en el sur de Francia- han permitido identificar al esqueleto como el del guerrillero fallecido. El cadaver estaba enterrado a poca profundidad, boca abajo y con varios objetos personales. El estudio forense, llevado a cabo por la antropóloga Miriam Gracia, indica que la causa de la muerte fue el impacto de un proyectil en la zona de la nuca. Por la trayectoria de la bala (según explica ARICO) se apunta que Subías estaba con la cabeza agachada en el momento del disparo. Este hecho, junto al hallazgo de un cordel junto al brazo izquierdo, evidencia que fue maniatado y ejecutado.