Sensaciones

Soria

Me gustó el pasado viernes la afirmación del entrenador del Club Deportivo Numancia de que “de la imagen no se vive, sino que se vive de los resultados”. Es que es así, lo queramos como lo queramos ver, pero también es verdad que una de las máximas que ha planteado Luis Carrión desde el principio de la temporada es que más allá de los resultados lo que quiere es ver un equipo entregado los 90 minutos de partido, ya sea en casa o lejos de Los Pajaritos.

Y alguien puede pensar que es llevarse la contraria a uno mismo, pero no. Porque si hay algo que siempre hemos exigido en Soria es ver un equipo que luche de principio a fin, que, si puede y tiene capacidad, juegue al fútbol en el mejor sentido de la palabra y, evidentemente, que gane los partidos (o al menos lo intente), pero con esa premisa el camino a la victoria es más claro. Lo que parece que se nos olvida en ocasiones: siempre hay un rival enfrente, que también juega, que a veces nos servirá para medir al Numancia, para bien o para mal. Porque hay veces que un lee en redes que gana el Numancia “porque el rival de turno es muy malo”, pero otras veces el Numancia pierde “porque lo ha hecho mal” independientemente de que lo haga muy bien el adversario de turno.

Al final, en cierto modo, como también afirmó el técnico rojillo para la valoración muchas veces tiene más peso la sensación con la que se termine el partido que el propio. Por ejemplo, como explicaba también ayer Carrión, el empate en Los Pajaritos frente al Elche le dejó peor sabor de boca que el empate de este pasado fin de semana en Santander. Y creo que con esas sensaciones coincide la gran mayoría de aficionados numantinos, porque el día del Elche se vieron buenos momentos de fútbol del equipo, buenos minutos entrega, pero también malos minutos y ratos de desconexión en los que el Elche pudo haber hecho más daño.... y, sin embargo, en Santander se vio un partido mucho más completo de los rojillos, dominando a su rival, defendiendo bien y teniendo la iniciativa, yendo a por el marco rival y teniendo más y mejores ocasiones de gol, aunque luego no se transformasen, bien por mérito del portero racinguista Luca Zidane o por demérito rojillo al no acertar con los remates entre los tres palos.

Sea como fuere, las sensaciones son buenas, lo dije ya hace algunas semanas, creo que Numancia este año desde muy prontito está en el buen camino. Se percibe la sintonía con la afición que está mucho más tranquila e ilusionada que hace 365 días, a pesar de que las estadísticas reflejan que la situación del equipo es la misma con la misma puntuación en las mismas jornadas. A ver si todo esto se ratifica esta tarde…