La Ribera en vendimias: trabajo duro y fiesta compartida
El éxito de la Gran Fiesta de la Vendimia corre paralelo al de los vinos ribereños en los mercados y al de su calidad en la viña y la bodega, en una tierra en la que sus gentes saben trabajar y disfrutar de la vida a partes iguales
Aranda de Duero
La Gran Fiesta de la Vendimia ha vuelto a ser este fin de semana la demostración de que los habitantes de esta tierra saben, a partes iguales, trabajar duro y disfrutar de la vida. Y ha sido también la demostración de que para ser moderno no hace falta renunciar a tus raíces, y de que una tierra se hace grande si sabe conservar y actualizar el legado de sus mayores.
La Ribera del Duero ha sabido hacerlo con trabajo y el esfuerzo en la viña, en la bodega y en los mercados, donde ha conseguido que medio mundo conozca y disfrute del buen hacer que las gentes de esta comarca llevan atesorando desde hace siglos. Y si los hombres y mujeres de esta tierra han demostrado que no hay trabajo que les asuste, este fin de semana han dejado claro también que pocos nos ganan cuando se trata de divertise y sobre todo de hacerlo en compañía, y que podemos sentir orgullo de una cultura tradicional marcada por el vino pero sumando lo que tiene una fiesta del siglo XXI. Que tampoco es tan distinto: música, convivencia, hospitalidad, humor y por encima de todo, vino.
Así que entre la tarde del viernes y la madrugada del domingo hemos bailado jotas y rock, hemos escuchado dulzainas y guitarras eléctricas, hemos chateado con los amigos, y escuchado a los que elaboran sus vinos cómo lo hacen y por qué les sale tan bien. Hemos enseñados a nuestros invitados que somos hospitalarios y generosos y por qué no mentimos cuando decimos que tenemos uno de los mejores vinos del mundo.
Hemos vivido en familia escenas de la cultura tradicional transmitida de generación en generación, para que continúen los eslabones de la cadena, hemos comprobado que nuestro vino seduce a personajes populares y nos hemos hermanado con gentes en cuyos territorios otros vinos también son parte de su cultura, y hemos homenajeado a quienes han estado al comienzo de esta aventura que fue la Denominación de Origen Ribera del Duero, representados en dos figuras fundamentales Ismael Arroyo y Pilar Pérez de Albéniz.
En estos días hemos bajado a las bodegas, nos hemos ido a la orilla del río para disfrutar de la música y hemos llenado la sala de estar de Aranda que es la Plaza Mayor. Y en todos los sitios, por encima de todo, el vino. El de la Ribera del Duero, que estas semanas comienza a renacer una vez más en las bodegas. ¡Feliz Vendimia!