Barreras cambia de equipo directivo y abre una nueva etapa
La junta de Accionistas no ratificó a José García Costas para seguir presidiendo el astillero y tras la decisión, estaría el malestar de Ritz-Carlton por el sobrecoste y el retraso en la entrega del crucero de lujo
Vigo
La negativa de PEMEX a ratificar a José García Costas como presidente de Barreras pone un punto y seguido en la convulsa historia reciente del mayor astillero privado de España. Tras seis años al frente, García Costas tomó las riendas de Barreras en plena crisis del Tax Lease y en un momento en el que el sector naval tuvo que reinventarse para salir adelante, una maniobra que se consiguió gracias a la entrada, de la mano de Garcia Costas de PEMEX y la construcción de, finalmente, uno de los dos floteles que tenía previsto construir en Vigo. Sin embargo, los retrasos y el sobrecoste asociado al proyecto del minicrucero de lujo para Ritz Carlton ha hecho que la petrolera mexicana, dueña de la mayoría de las acciones no renovase la confianza en García Costas que deja con efecto inmediato de presidir el astillero, aunque sí que se mantiene, al menos por el momento, como accionista.
El astillero vigués está actualmente en manos de la petrolera mexicana PEMEX, que tiene (a través de su filial PMI) el 51 por ciento de las acciones desde diciembre de 2013; mientras que José García Costas, a través de sus empresas Emenasa y Baliño, es dueño del 24,5% y el grupo Albacora de otro 24,5 %.
Esta falta de respaldo ha hecho que sus dos hombres de confianza, el director general, Alfonso López Loureiro y el director financiero, Juan González Crespán también presentasen esta mañana su carta de dimisión al frente de Barreras que abre ahora otra página de incertidumbre al tener que designar un nuevo equipo directivo a sabiendas de que el proyecto naval no cuenta con la confianza y el apoyo del gobierno mexicano, que incluso ha cuestionado la participación de PEMEX en el astillero vigués.
A pesar de contar con una importante cartera de pedidos, valorada en más de 900 millones de euros, el astillero tiene tensiones en su tesorería y comienza a haber impagos a proveedores. Todo apunta que Ritz Carlton podría entrar ahora en el accionariado del astillero, pese a haberlo negado hace unos meses, para tener un mayor control sobre el crucero de lujo en construcción, después de que se haya incumplido ya el primer plazo de entrega y se calcule un sobrecoste de más de 50 millones de euros.
Además, se da la circunstancia de que el auditor de la firma pilló durmiendo a 20 trabajadores de un subcontrata en el interior del barco durante el turno de noche, mientras otros veían una película en un móvil y un tercer grupo estaba pescando. La situación es tal que incluso la cadena podría anular el segundo pedido de un buque similar cuyos trabajos deberían empezar antes de que acabe el año. Con los dos buques para la naviera Havila paralizados por impago, y el ferri de Armas también en dique seco, Barreras solo tiene dos salidas posibles: ampliar capital o solicitar el preconcurso de acreedores, como ya hiciera en el año 2011, lo que tendría graves consecuencias en el sector que se teme un "efecto dominó" que afectaría a la industria auxiliar finalmente.