Una manita para Lim

Valencia

No hacía falta ser un iluminado para imaginar un desenlace como el que se dio en la primera noche de la era Celades en Mestalla. Un entrenador novel que, debe quedar claro y que vaya por delante, no es responsable del desastre del Valencia en el Camp Nou. Fueron cinco como pudieron ser seis o siete. Y, si llega a estar Messi, ahora mismo podríamos estar hablando de una de esas goleadas de otro tiempo. 

De los futbolistas que ganaron la Copa del Rey en Sevilla hace menos de cuatro meses (cómo hemos cambiado) solo queda el nombre en el reverso de la camiseta. El vestuario valencianista sigue sacudido y completamente descentrado tras la surrealista destitución de Marcelino García Toral a mediados de semana. 

Con su caprichosa decisión respecto al técnico asturiano, Peter Lim ha creado la tormenta perfecta. Una plantilla rota, con la cabeza más fuera que dentro y preguntándose todavía qué narices le pasó por la cabeza al máximo accionista para sacar del club a uno de los dos hombres de confianza para el grupo. Va a ser muy difícil que el Valencia remonte -mental y futbolísticamente- este escenario. 

Los jugadores son personas. De carne y hueso. Y es literalmente imposible que todo lo que ha pasado (y va a seguir sucediendo) no les afecte. En toda la etapa de Marcelino, el equipo jamás encajó cinco goles. Hay que darle las gracias al señor Lim. Ya tiene lo que quería.