El relato de la asfixia de la Generalitat
Postdata con Noa de la Torre 14 de septiembre
01:18
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Valencia
El primero en levantar la liebre fue el propio jefe del Consell. En pleno agosto, Ximo Puig advirtió en la Ser de que la falta de gobierno en Madrid estaba costando a los valencianos 1.000 millones de euros. En la línea del PSOE de presionar para facilitar la investidura de Pedro Sánchez, Puig lamentaba el bloqueo de las transferencias estatales a las comunidades por esa interinidad del Ejecutivo central.
Pero entonces es cuando el conseller de Hacienda, Vicent Soler, no tuvo más remedio que reconocer que sobre el Consell planeaba un plan de ajuste. No serán recortes, decía, sino únicamente no gastar ahora el dinero que a estas alturas no se ha comprometido.
Pero Compromís se negó a semejante tijeretazo en el presupuesto. Así que el PSPV quiso recuperar la iniciativa para no correr con la responsabilidad de los recortes y anunció una reunión de Puig con la ministra de Hacienda.
Pero la ministra de Hacienda, que está en funciones, ha plantado esta semana a Puig porque tenía un compromiso de partido: negociar ese gobierno de PSOE y Podemos.
Posteriormente, un teletipo recoge la promesa de la ministra de un trato preferente a la Comunitat para adelantar los pagos… pero se trataba de un error.
Difícil relato a las puertas de unas elecciones.