Una cosecha que apunta a excelente
Aunque la evolución del viñedo dependerá de la climatología de estas próximas semanas, los datos del Consejo Regulador son optimistas respecto a la calidad, aunque el peso de las bayas está por debajo de la media tras un año más seco de lo normal
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Cadena SER
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RIBERA DEL DUERO
A punto de entrar en la última etapa de maduración del viñedo antes de la vendimia, los datos con los que cuenta el Consejo Regulador estiman que la próxima campaña podría tener un índice de calidad semejante a los de añadas que obtuvieron la calificación de excelente, como la de 2011, igual que las dos anteriores y la de 2015. Por lo que se refiere a la abundancia, estos mismos análisis realizados por los técnicos indican que el peso de las bayas se encuentra actualmente por debajo de la media, debido a la pluviometría registrada durante la campaña, con precipitaciones algo inferiores a las esperadas, y en particular después de un final de primavera y verano donde apenas se han producido lluvias.
Son datos estimativos del estado actual del viñedo, cuya evolución dependerá mucho de la climatología de la segunda quincena de septiembre y la
primera de octubre. En relación a la pluviometría, comparando los datos de este año con el historial de esta Denominación de Origen, el Consejo Regularor la califica de “inferior a lo esperado”, explicando “que la cantidad de agua acumulada en la presente campaña vitivinícola está por debajo de la media, salvo en zonas que se hayan podido ver afectadas por fenómenos tormentosos especialmente intensos, (en general muy localizadas)”.
El informe dedica un apartado especial a la tormenta que tuvo lugar el día 26 de agosto, que dejó unas precipitaciones abundantes y generalizadas de entre 15 y 30 litros de media en las diferentes zonas de la Denominación, un agua muy bien aprovechada por el viñedo después de las escasas lluvias que tuvieron lugar durante los meses de julio y agosto. En muchas zonas esta tormenta vino acompañada de granizo, pero en general los daños fueron de escasa relevancia debido sobre todo a la abundante cantidad de agua que lo acompañaba y al tamaño reducido de los granizos. Sin embargo en alguna zona puntual los daños si fueron de mayor importancia, sobre todo en los términos municipales de Castrillo de Duero, Olmos de Peñafiel, Mélida, afectando ya en menor media a alguna zona de Peñafiel. Los daños producidos por esta tormenta fueron muy desiguales en los diferentes viñedos de esas zonas.
Añade el informe que, exceptuando noviembre, abril y agosto, “el resto de meses han sido más secos de lo habitual, quedando en estos momentos el balance global de la campaña por debajo de los registros históricos”. Los técnicos reseñan también que “el buen reparto en el tiempo y en la forma de las precipitaciones, en particular las lluvias que tuvieron lugar durante el mes de abril, que fueron perfectamente aprovechadas por el viñedo debido al buen reparto que tuvieron al caer de una manera continuada pero suave”.
En cualquier caso, contemplando la añada ya de manera general, el informe del Consejo Regulador concluye que “nos encontramos en fechas medias de maduración con respecto a las últimas campañas, similares a las de 2009, 2014 y 2015”.
Como suele suceder en esta Denominación de Origen, el mes de septiembre y los primeros días de octubre serán decisivos para la maduración. En una comparativa del único índice de maduración realizado hasta la fecha con los datos históricos de las últimas campañas, el informe de los técnicos concluye “que la cosecha 2019 apunta a una calidad enológica elevada, siempre que la climatología hasta el momento de la vendimia sea favorable.”