La primera parte marca el camino

Saliendo de inicio con el mismo once que nos hizo tocar el cielo en el Villamarín el pasado 25 de mayo, el conjunto que dirige Marcelino García Toral cuajó 45 primeros minutos muy completos hasta el carrusel de cambios tras la pausa. En esa línea, el grupo estará en condiciones de competir por los tres puntos contra la Real Sociedad el próximo fin de semana.

Dentro del buen tono general -físico y futbolístico- del Valencia, Carlos Soler descolló con una primera parte primorosa. En el arranque de partido ya estrelló en el palo derecho de la portería de Handanovic un envío de Guedes. Iba a ser el presagio del 1-0. Mismos protagonistas, pero diferente desenlace. El centrocampista internacional remataba de sobrebio cabezazo en plancha para abrir la lata. Si Carlos añade a su repertorio esas apariciones con llegada por dentro, el equipo lo va a agradecer muchísimo. Todos los equipos grandes que han encendido Mestalla contaban con medios llegadores.

Tras el descanso, la liturgia de estos amistosos veraniegos restó intensidad después del excepcional primer acto. Sustituciones (las dos primeras en el Valencia, la entrada de Piccini y Kondogbia) y falta de ritmo que bajó el número de llegadas a ambas áreas. El equipo dirigido por Marcelino, eso sí, controló el desarrollo del encuentro en todo momento. La mejor ocasión fue del murciélago, en una llegada, otra vez, de Carlos Soler que no encontró a Rodrigo cuando el hispano-brasileño se relamía para el 2-0.

A falta de diez minutos, y después de una pérdida de KangIn en un saque de esquina a favor, la contra del Inter se tradujo en un penalti que Politano materializó engañando a Cillessen. Casi en el descuento, Cheryshev tuvo el 2-1 en una contra que la zaga interista sacó sobre la línea de gol. El error de Garay en la tanda propició que el Trofeu Taronja viaje a Milán.