El Padre Ferris, 110 años luchando contra la lepra

Valencia

La Lepra ha sido y sigue siendo hoy en día en muchos países del planeta, una enfermedad que estigmatiza y conlleva la segregación de los enfermos que la sufren. A principios del siglo XX, varios casos de Lepra en zonas costeras de Valencia llamaron la atención del padre Carlos Ferris Vila (Albal, 1856 – Gandia, 1924), misionero y apóstol social, por el rechazo y el lamentable estado en el que vivían las personas infectadas. Afectado por estos hechos y con la inestimable ayuda del abogado y político valenciano Joaquín Ballester, ambos emprendieron el proyecto de levantar una Leprosería que diese cobijo y cura a estos enfermos. Así, en 1909 se inauguro en el paraje de Fontilles, término municipal de la Vall de Laguar, el popularmente conocido como Sanatorio de Fontilles, que dirigido magistralmente por el médico dermatólogo Mauro Guillén pronto sería un referente en el tratamiento de enfermedades venéreas y sin duda el mejor centro del mundo en la lucha contra Lepra.

Por este motivo, el Ayuntamiento de Valencia decidió honrar a las personas que hicieron posible el Sanatorio de Fontilles, reconociéndoles su altruista e inestimable labor social, rotulando una calle en su honor en el caserío de Tendetes. El barrio se empezó a urbanizar durante los años 60, pero en la posguerra sus arterias principales, las que iban a delimitar el nuevo barrio, ya tenían el nombre asignado.

En 1943 fueron las calles del Padre Ferris y de Mauro Guillén, 89 y 70 del plano respectivamente las que fueron rotuladas, posteriormente y perpendicular a Padre Ferris se rotuló la calle de Joaquín Ballester e incluso al primer tramo del camino viejo de Campanar se le puso el nombre de Vall de Laguar en homenaje al pueblo donde se encuentra el Sanatorio. Tres personajes y tres calles en el barrio de Tendetes, símbolos de la lucha contra la Lepra.