Sobre el prosocialismo de Antona
Santa Cruz de Tenerife
Asier Antona demostró el martes su control sobre el PP canario privando a María Australia Navarro de la portavocía del grupo popular en el Parlamento Regional. Incomprensiblemente no aceptó sin embargo su dimisión como secretaria general. Quizá porque la cosa iba más de ajuste de cuentas que de demostración de verdadero poder: la secretaría general no lleva aparejado un suculento sueldo que si tienen los portavoces de los grupos en Teobaldo Power. Era inevitable que la decapitación de la señora Navarro fuera aplaudida por algunos como un gesto de autoridad de Antona. Otros interpretamos su continuidad en la secretaría general como un gesto de sometimiento ante Génova. Y supongo que en Madrid se interpretan las veleidades de Antona durante las negociaciones de los pactos como prosocialistas. No lo son. Antona no es prosocialista, es antiClavijo, y sobre todo es proAntona. Su decisión de bloquear la propuesta de un Gobierno sin él y sin Clavijo, que facilitó el ‘pacto de las flores’, fue guiada por la supervivencia personal, y no por un supuesto prosocialismo, por difuso, confuso y etéreo que pueda ser. Se negó a rematar la operación que habría de convertirle en presidente en la primera ocasión que se la habían ofrecido -como se negó hace dos años a entrar en el Gobierno- por temor a tener a Clavijo enfrente. Cuando Génova aceptó sustituirle por María Australia Navarro, se revolvió tanto que al final dejó a todo el PP fuera el poder regional. Eso le pasará factura en su partido, pero creo que prefiere pagar esa factura que enfrentarse a quienes le han jaleado desde los medios estos últimos meses.