Cacerolada en Son Espanyolet contra el alquiler turístico

Palma

El pasado sábado, los vecinos de Son Espanyolet publicaban un comentario de denuncia en redes sociales contra el alquiler vacacional en la barriada. El texto, dice "el sol se pone en Son Espanyolet y en el hotel vikingo también se desvanecen las esperanzas de los vecinos. Desde la una de la tarde esperamos a la policía de Palma, que también se funde más allá del horizonte". Y como acompañamiento de la denuncia un vídeo tomado desde una azotea. En él se puede ver a una docena de turistas, borrachos, en la terraza de uno de los alquileres vacacionales de Alzina Living, el negocio noruego que promete a los visitantes "vivir como un local". Un slogan equivocado. Los turistas no se comportan como un local. Se comportan como hooligans de Magaluf. Los vecinos, más que hartos, están pasando de la queja a la acción. Este domingo aprovechaban una cena al aire libre para desplegar una cartel de denuncia y realizar una cacerolada de protesta.

El sociólogo y experto en gentrificación, Javier Gil, habla de "situación muy grave" que provoca que la vida para la población que vive en esos barrios sea "insostenible". La proliferación afecta en un doble sentido. Por un lado con los efectos que tiene sobre el mercado inmobiliario y sobre la vida en los barrios. 

El equipo de gobierno municipal trabaja en la elaboración de un plan de usos para limitar el alquiler turístico en zonas saturadas como Son Espanyolet mediante la limitación de la densidad por zonas y calles. Una medida que para Gil "llega tarde y es muy necesaria y urgente". 

El experto pone como ejemplo la ciudad de San Francisco donde solo se puede alquilar el piso en el que tú vives, de manera que únicamente se podrán alquilar habitaciones y, además, el hecho de que el propietario conviva con el turista aumentará el control sobre su comportamiento en la vivienda y vecindario.