Serpientes de letras
Carmen Luna Soler
Bilbao
Recuerdo cuando aprendí a leer. Las letras caían sobre mí como lluvia enfurecida golpeando la tierra. Parecía que ellas estaban jugando conmigo, cambiándose de lugar y disfrazándose unas de otras para que no las distinguiese. De noche los sueños eran esquizofrénicos, frases largas como serpientes me perseguían llenas de palabras sin sentido, girando a mí alrededor formando ruedas de colores. Era un juego loco y absurdo, un laberinto angustioso de calles sin salida. Sola, en un Universo lleno de páginas en blanco incapaz de lograr escribir ni tan siquiera mi propio nombre. Y ahora, aquí me veis, desnuda y leyendo.