Vigilar que nada lo estropee
El viñedo ribereño comienza el cuajado de sus racimos propiciado por unas buenas condiciones meteorológicas pero sin bajar la guardia ante fenómenos puntuales como las últimas tormentas
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José I. Berdón / CRDO Ribera del Duero
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RIBERA DEL DUERO
Todo va bien. Es el mejor resumen del informe elaborado esta semana por el Servicio de Experimentación del Consejo Regulador de la Ribera del Duero sobre el estado del viñedo, cuyos técnicos indican que nos encontramos ante una campaña absolutamente ajustada en fechas a la media de esta denominación de Origen. La mayor parte del viñedo se encuentra en este momento en estado fenológico de floración, comenzando ya el cuajado del racimo. Y lo que es más importante, su estado sanitario es el idóneo, como ha explicado Alberto Tobes, responsable del servicio de experimentación del Consejo Regulador ribereño
El informe que acaba de hacerse público indica que las temperaturas a lo largo de los primeros meses del año han sido normales para la zona, lo que permitió una correcta brotación durante la segunda quincena de abril. Hubo, de forma excepcional, algún cultivo dañado por ligeras heladas los días 4 y 6 de mayo, aunque las consecuencias fueron escasa y localizadas en viñedos más sensibles y expuestos.
En cuanto a la pluviometría y pese a que las precipitaciones han sido más escasas de lo esperado, el buen reparto en el tiempo y la forma han propiciado que hayan sido perfectamente aprovechadas por el viñedo, especialmente en el mes de abril, “al caer de una manera continuada pero suave”
Dada la evolución que ha tenido hasta ahora la viña, la principal recomendación de los técnicos del Consejo es no cejar en la vigilancia para mantener el buen ritmo del ciclo vegetal. La principal amenaza puede llegar de las enfermedades fúngicas (oidio y mildiu) cuyo caldo de cultivo es la humedad que queda tras tormentas como las que se produjeron entre jeves 20 y viernes 21 de este mes de junio. Son riesgos que no siempre requieren tratamientos químicos en el cultivo, sino que pueden atajarse con trabajos en la viña que propicien una buena ventilación del cultivo.
Las condiciones meteorológicas propiciaron una incidencia mayor esta temporada de la polilla del racimo (Lobesia botrana) por lo que también se recomienda estar alerta ante la próxima eclosión de la segunda generación de esta plaga