La sombra de Albert es muy alargada
Hoy por Hoy Soria
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Cadena SER
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Soria
La salida del Partido Popular del gobierno de Castilla y León después de 32 años era un hecho hasta que Albert Rivera pusiera las vísceras sobre la mesa y su ira antisanchista le hiciera ordenar a sus huestes que de negociar con los socialistas, nada de nada. Qué más da la sanidad de esta comunidad, su sangría poblacional, el éxodo sin retorno de sus jóvenes y la regeneración democrática y política de esta región, encallada en el pasado hace muchas décadas. Lo importante, señor Rivera, es llegar al poder con la posible propuesta al PP de que Francisco Igea sea el nuevo presidente de Castilla y León, algo que los populares no aceptarán en ningún caso, aunque en este momento Alfonso Fernandez Mañueco esté loco por música y diga que sí a todas las propuestas naranjas.
De lo que suceda en Madrid y la comunidad foral de Navarra dependerá el futuro gobierno de Castilla y León y, por extensión, el de la Diputación de Soria, todavía en el alero y a la espera de lo que decidan los populares con Yolanda de Gregorio a la cabeza y los ex combatientes del PP, con José Antonio De Miguel. Hace cuatro días eran enemigos acérrimos; pasado mañana pueden convertirse en íntimos amigos. Las cosas de la política.