Camille
Carmen Luna
Bilbao
Detengo un momento mi mano, vuelvo a perfilar su figura en el aire con el pincel. Jean acaba de dormirse, regreso de nuevo al lienzo. Camille, también parece cansada
-Aguanta un poco - le digo- ya casi he terminado.
Sonrojándose me sonríe tímidamente. Es una mujer muy hermosa, siento el deseo de besar el espacio vacío de su cuello. El corazón me palpita rápidamente, un leve temblor hace que mis manos pierdan su firmeza; aprieto el pincel con fuerza. Vuelvo la mirada hacia mi espalda asustada, como si alguien hubiera sido testigo de este libidinoso pensamiento.