Menos madera
La Guía Peñín recomienda a las bodegas Ribera del Duero no potenciar tanto el sabor de la barrica
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El equipo de cata de la Guía Peñín realiza su trabajo en la sede del Consejo Regulador RIbera del Duero / Cadena SER
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Roa
La Guía Peñín recomienda a las bodegas Ribera del Duero que utilicen la madera con moderación. El director de esta publicación, que recoge en cada edición valoraciones de más de 10.000 vinos de toda España, considera que el principal defecto de esta Denominación de Origen es que en muchos casos predomina el sabor de la barrica sobre otras cualidades del producto, lo que entiende que es un error que deja en segundo plano las singularidades que ofrece el fruto y va en contra de la tendencia del consumidor, que prefiere vinos con menos de la madera. “Ese sigue siendo, desde mi punto de vista, el tema a tratar aquí; hay muchas bodegas que abusan de ella, de las notas tostadas, que es verdad que maridan muy bien con las notas más afrutaditas, más suaves, del tempranillo, pero creo que hay que dejar expresar mucho más la variedad y que la madera tiene que ser un medio, no un fin, porque hay mucho roble americano y francés y de hecho se nota que los elaboradores en los que la madera es un segundo plano y salen aromas mucho más fragantes, más frescos, mucho más agradables y además el consumidor ya es lo que te va pidiendo”, comenta Carlos González, que insiste en las recomendaciones que hacía el año pasado respecto a abrir la mano a otras formas de elaboración menos estrictas con los porcentajes de variedades de uva autorizadas y en las que no tenga tanto protagonismo la de Tempranillo, mantiene esta idea y reconoce que está expectante con la entrada en el mercado de vinos blancos con etiqueta de esta Denominación de Origen. Bajo su punto de vista, las bodegas deberían en este caso tener en cuenta que estos nuevos vinos deberán marcar también una diferencia con respecto a otras denominaciones de origen. “Bajo nuestro punto de vista como catador de prescriptores, intentaremos poner cierto orden pero, tienen que ser las bodegas las digan: mira si yo me meto a hacer un blanco dentro de Ribera del Duero, hay que hacer un gran vino, no voy a hacer un vino fresquito joven y agradable, porque para eso ya hay otras denominaciones”, argumenta el director de esta guía.
El equipo de cata, después de probar más de seiscientas referencias de las últimas añadas, tiene una valoración muy positiva para la de 2018, donde esta zona de calidad se pudo resarcir del desastre de la anterior con una abundante vendimia y unos caldos que considera frescos, ligeros y comerciales en el mejor sentido. “Son bastante frescos y afrutados, suaves y ligeros, muy comerciales desde un punto de vista positivo, por muchas veces puede parecer algo peyorativo, pero los vinos se hacen para el mercado y se tienen que beber y yo creo que sí se ha conseguido esta cualidad en una añada que nos consta que tampoco ha sido una de las mejores”, concluye.