Catorce pendones concluyen el II Desafío de Orellán

Ponferrada

Catorce pendones cumplieron ayer en Orellán con el Desafío de subir la pendiente de kilómetro y medio que separa la localidad del mirador frente a Las Médulas.

Hasta 140 personas acompañaron la peculiar caminata que concluyó con una comida de fraternidad. Un pendón de La Bañeza fue la única representación de fuera de la comarca en una iniciativa que pretende mantener viva la Asociación de pendones del Bierzo con el objetivo de recuperar las tradiciones y, en especial, la hermandad entre las localidades del mundo rural 'que ahora va un poco decaída' apunta el presidente del colectivo, Álvaro Gutiérrez.

Cada localidad cuenta con un pendón o una pendoneta y sólo unos 60 logran en toda la provincia mantener viva una parte de la identidad cultural que no ha calado entre los jóvenes. Es la asignatura pendiente para seguir con una tradición para la que sólo se requiere 'entrenamiento y pericia', insiste Gutiérrez.