Desafio
Blanca Ginel Villasante
Bilbao
A mi abuelo le mintieron, pero no le engañaron. Bien entrada la noche fueron a buscarle, una reunión, dijeron… En ese momento, supo que tenía que huir. Saltó al patio y echó a correr, pero el campo castellano apenas lo pudo proteger. Sólo consiguió ponérselo más difícil.
Atrás quedó mi abuela, sin nada, desolada, sin comprender lo que estaba pasando pero conociendo los rastreros motivos de aquéllos hombres, bandos distintos y también mucha envidia.
En la casa, sus tres hijos, el mayor de tres años y la pequeña, mi madre, con seis meses de edad.
Tomó aire y también el tren de la vida que cogió velocidad, dejando a sus espaldas duelos y llantos que se imponían…