La incógnita real
Santiago ortega
Bilbao
El comitente entregó al rey la pintura “El martirio de San Mauricio” como regalo, y le anunció la presencia por tierras castellanas del genial artista cretense llamado El Greco. Y ello con la insinuación para que éste fuera admitido como pintor de cámara de su majestad.
El rey, que estaba abducido por el gusto del veneciano Tiziano, resolvió esta incógnita rechazando la solicitud.
Pero otra solución habría tenido esta operación de haberse agasajado al rey con “La Anunciación” del Greco, pues la húmeda mirada de la Virgen joven habría despertado una nueva devoción en el monarca.