ITV

Córdoba

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Aquí sentado, esperando que salga mi número. En la sala de espera de la ITV de Ingeniero Torres Quevedo. Rodeado de albañiles, hombres de ventas, profesionales. Esperando el adhesivo que habilite mi coche por dos años, pienso en la muerte, aquí, en la ITV de Ingeniero Torres Quevedo. No hay mucho más que hacer que pensar en la muerte. O en esa cajera que ahora llega en su vespa amarilla. Eros y thanatos, decías, ahí está todo. Hablabas de Jung a todas horas, y ahora pienso en ti, Eduardo García, en este páramo industrial. Tú que también como yo, como otros hombres de venta, tú que venías una vez al año con tu Alfa Romeo. En qué pensabas aquí, sentado en la sala de espera, Eduardo García. Qué pasaba por tu cabeza entre ruidos de motor y burocracia, esperando a tu Alfa. Violento y divertido, que llevó a tu Rafi, asustada por las carreteras, tu Alfa. Que salvó la vida a Andrés y a Erika. Que te llevó a bolos absurdos donde dabas todo lo que tenías. Amor, poesía, pensamiento. De los que volvías cansado y confuso, qué hago yo, en mitad de la noche, por estas carreteras. Perdiendo el tiempo. Porque hubo un Eduardo rodeado de libros, lector amigo de sus amigos, intenso, brillante, un Ricardo Molina contemporáneo. Pero también un hombre de horas perdidas haciendo nada, viendo horribles películas y series que compartíamos. Tiempos muertos como éste, esperando mi turno, pienso en ti Eduardo García. No leyendo tus libros que aún no he podido abrir después de cuatro años. No las noches de lectura compartida, no los viajes bordeando Madrid por la M-30. Conduciendo esa espada de plata, que hubiera escrito García Baena, no. Es aquí, justo aquí donde me acude tu imagen sentado en la sala de espera. Minutos, horas muertas esperando tu turno. Hay una flor amarilla en mitad del asfalto, viejos con mirada de Opel Kadett, la cajera sonríe a un hombre joven. Que conduce un BMW y huele a limpio. Aquí te imagino, la chica ha apuntado un teléfono -la vida nueva- en un post-it naranja, aquí te imagino. Mirándolo todo, sueño y deseo, mirándolo todo, mientras pasan uno a uno los números en la sala de espera. En la ITV de Ingeniero Torres Quevedo, pienso en ti Eduardo García.