Tras la resaca
![La opinión de Juan Miguel Alonso (29/4/2019)](https://cadenaser.com/resizer/v2/J2RTZBCVHBIYZNMQL365SBKH4A.jpg?auth=e867bc3dc45106b015f4ec3c896b7f96f66753a998b75a83bf001af0ab3db72d&quality=70&width=736&height=414&smart=true)
La opinión de Juan Miguel Alonso (29/4/2019)
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León
Cuando se despejan las brumas etílicas de la noche electoral, se dibujan algunas obviedades que dejo aquí apuntadas. A saber: Las urnas se han llenado de dignidad ciudadana y, por qué no decirlo, de miedo a la caverna. El fantasma de la resurrección franquista ha movilizado a un votante que no quiere regresar al horror de una España en Blanco y negro. La galleta del PP es antológica y corre serio peligro de dilución si no lo analiza en profundidad. Parece ser que José Mari, el de la mirada invencible, no coge el teléfono. La derecha sufre por primera vez la ley D´ Hont que históricamente machacaba a la izquierda. La imagen de Majo echando la culpa a los votantes, causa estupor y revela la conmoción de la caída.
Los defensores de los cítricos se dan grandes abrazos y celebran la grandeza de su avance, pero si uno mira los números descubre que el suyo es paso de enano que apenas alcanza para acercarse a la ruina del PP.
Los apóstoles de la patria unida se quedan muy lejos de sus objetivos , pero los 33.000 votos de Vox en el viejo reino dejan un escalofrío en la espalda.
La asamblea podemita paga las trifulcas internas, el tema catalán y el regreso de un parte de su electorado a la estación socialista de salida. La debacle en Castilla y León, donde desaparece, debería tener consecuencias en la dirección regional, pero no las tendrá. Me temo.
El PSOE bebe el vino de la victoria y confirma que Pedrito es un resistente capaz de sobrevivir a la vieja guardia del partido, a su propia ambición y hasta a las americanas que le colocan sus asesores de imagen. En todo caso, si se desliza por la tentación de un socialismo pop, acabará defraudando a muchos de sus votantes. Pero, al fin y al cabo, este es el sino de los que nos gobiernan. La distancia entre la realidad y el deseo es siempre un abismo.
Todos aparcaran rápido los gozos y las lágrimas, porque enseguidita llegan autonómicas y locales, donde se juega realmente el plato en el que comen la mayoría. Y ya se sabe que con la comida no se juega.