'Otra vez el cable de Tarifa'
A mediados de los 90' se creó una plataforma en contra de la instalación de un cable de interconexión que uniría España con Marruecos desde Tarifa
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Algeciras
Creo que fue por el año 1995, cuando se creó la Plataforma Anticable de Tarifa, contra la instalación del tendido de interconexión eléctrica entre España y Marruecos.
La Plataforma aglutinó a una multitud de organizaciones sociales, vecinales, sindicatos y ecologistas, que protestaron y nos manifestamos en numerosas ocasiones denunciando el atentado ecológico que suponía la instalación de ese cable subterráneo, con una carga electromagnética de la que desconocíamos las consecuencias para la pesca o para las personas, sin un estudio previo que garantizara la seguridad, por las fuertes corrientes de su trazado en el fondo del Estrecho.
Tarifa padeció muchos conflictos con graves incidentes, heridos e incluso un hombre perdió un ojo en una de las confrontaciones. La polémica dividió en dos a Tarifa entre los partidarios que veían beneficios económicos y las personas detractoras que pretendíamos conservar el medio ambiente, garantizar la pesca y la seguridad en la zona evitando la instalación del cable, pero ganó el dinerito fresco que se llevó el Ayuntamiento y que se empleó supuestamente en obras y en pagar indemnizaciones a los pescadores afectados.
Las luchas terminaron con la instalación del dichoso cable y, los platos rotos de esa peligrosa locura dejan una herencia contaminada por avaricia a cambio de prebendas de las eléctricas para tapar los ojos y los oídos de la población afectada.
Agaden denunció la rotura del cable el año pasado, y esta misma semana nos enteramos de otra rotura con un vertido de 29 mil litros del líquido refrigerante tóxico en el Estrecho, una grave desgracia que se quiere ocultar nuevamente, un vertido contaminante en aguas protegidas y declaradas Reserva de la Biosfera, que sin embargo la Administración y la empresa, pretenden ocultar alegando daños mínimos, cuando sabemos que es un negocio energético que engorda los bolsillos de la empresa y de los que dejan comprar su voluntad a cambio de jugar con nuestro futuro, con el de una población ya bastante castigada medioambientalmente.
Esos gobernantes nos mienten y miran hacia otro lado... No vamos a permitir que unos ineptos irresponsables se carguen nuestras aguas, porque está en juego el futuro de las generaciones que vienen detrás mucho más concienciadas por suerte que la nuestra.
