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Los vecinos de Chamberí acudirán al Defensor del Pueblo para denunciar las molestias que les causan los locales y el botellón

La asociación 'Chamberí se Defiende' asegura que no se trata únicamente de un problema de ruidos, sino de salud pública: muchos menores que hacen botellón luego entran en locales a seguir consumiendo

Dos agentes de la Policía municipal de Madrid. / POLICÍA MUNICIPAL MADRID

Dos agentes de la Policía municipal de Madrid.

Madrid

Los vecinos de 'Chamberí se Defiende' han decidido este fin de semana acudir al Defensor del Pueblo para denunciar el conflicto que produce en el barrio un el botellón en vía pública y que además, en ocasiones, concluye con el desalojo de algunos locales de la zona.

La presidenta de la asociación 'Chamberí se Defiende', Almudena Díaz, dice que acuden al Defensor no solo por una cuestión de ruidos o molestias, sino de salud pública, porque en muchos casos, los que consumen alcohol tanto en la calle como en algunas locales, son menores de edad.

"Con independencia de las molestias que genera un ocio en la calle, que está en los locales pero que invade la calle y el ruido nos molesta, a nosotros lo que más nos está preocupando ahora mismo es la permisividad del Ayuntamiento con un ocio en menores absolutamente peligroso", asegura Díaz.

Los vecinos de este distrito madrileño ven como los jóvenes que hacen botellón en el Faro de Moncloa y en la zona Universitaria, luego acuden a locales que, en ocasiones, son intervenidos por la Policía municipal. Tan solo en enero y febrero de este año, los agentes desalojaron o sancionaron en Madrid un total de 156 locales. De esos, 14 fueron desalojados por admitir la entrada a menores de edad, 4 por venderles alcohol y otros 6 por no tener el cartel de prohibición de venta de bebidas alcohólicas a menores de edad. El resto fueron sancionados o desalojados por causar molestias al vecindario o por una cuestión de ruidos.

Pilar Rodríguez, presidenta de la asociación "El Organillo de Chamberí", dice que este es un problema que sufren también otros distritos de la ciudad y que los vecinos están preocupados por la salud y los hábitos de los más jóvenes. "No es raro que la Policía entre en los locales y los cierre porque hay menores consumiendo alcohol. Es una tónica general, raro es el fin de semana que no hay o bien un desalojo o un registro de los locales".

Además, la presidenta de la asociación dice que a pesar de los controles policiales y las sanciones, muchos locales siguen abriendo sus puertas y vuelven a incumplir la ley. "No es el primero ni será el último [local] que está cerrado, que está precintado, y abre para hacer fiestas con menores". La presidenta de esta asociación vecinal dice que entiende que el cierre de locales sea un proceso "difícil", pero que hay que actuar.

"Aquí hay locales denunciados, algunos que siguen abiertos, otros que cierran pero abren al par de días o que incluso aparecen con otro nombre. La gente que gestiona esos locales... No solo habría que ver cómo cerrarlos, sino que tendrían que caerles sanciones mucho más graves. Están jugando con la salud de gente que todavía no pueden distinguir lo que es bueno y lo que es malo", asegura Pilar Rodríguez.

 
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