Sala azul
Santiago Tabata Sivoli
Bilbao
Cuando la miro siento como mi alma me habla, me habla de amor, un amor prohibido que nunca será revelado, ni por el más hermoso clavel, ni por la más hermosa mirada.
Y de repente, aprecio cómo sus labios rozan los míos y somos uno solo. Seguidamente se aleja, me toca suavemente mi mano, y me mira, como diciéndome que no volverá, y el delirio de que regrese es mayor, no volverá, lo sé, pero un hombre siempre es capaz de soñar.
Me giro y la veo trabajando, luego pienso que no cambiaría ese beso ni por el más hermoso clavel, ni por la más hermosa mirada