Mi verdad
Carmen Luna
Bilbao
En el museo, mientras el profesor nos explicaba la obra “Double trouble”, me he dado cuenta de que Ander y Sara iban agarrados de la mano. ¿¡Desde cuándo!?
La realidad apareció con su crueldad para deshacerme el corazón. Ocasionalmente, me ponía los vestidos de mi hermana e imaginaba que Ander me liberaba de los fantasmas a los que era incapaz de enfrentarme. Era feliz.
Cuando llegué a casa me desplomé en la cama y lloré.
-¿Qué te ocurre Josu?-me preguntó mi madre.
-Alguna chica-dijo mi hermana.
Es verdad –pensé- la chica que soy no puedo ser.