Duplicidad complementaria
Mercedes Vega
Bilbao
Entro en la sala Bikoitza del museo y descubro una duplicidad organizada que encaja y se complementa.
Dicen que todos tenemos un doble, pero sólo es apariencia. Nadie comenta que, también, tenemos un doble con el mismo interior, que hace que conectemos con una simple mirada. Un alma gemela. Otro yo.
Como cuando conocí a Mikel, allá en las antípodas. Nos hicimos íntimos amigos enseguida.
Hoy, tras 20 años, he sabido que es mi hermano. Lo arrancaron de los brazos de mi madre cuando nació. Vuelo ahora a Argentina para darle la sorpresa.
No era casual nuestra complicidad.