Regular irregularidad
El Numancia no logra la continuidad necesaria para llegar al final de la temporada con tranquilidad y sin apuros
Soria
Llevamos toda la temporada, 31 jornadas de Liga de Segunda división, dándole vueltas al mismo tema. ¿Qué le pasa a este Numancia que es capaz de lo mejor y de lo peor de una semana a otra? ¿Por qué esta irregularidad tan notoria de los rojillos, que son capaces de jugarle de tú a tú a un rival de la zona alta y de descalabrarse ante un rival directo como este domingo? Del buen juego y de hacer méritos a la victoria, pasamos a no dar pie con bola y hacer el ridículo. La derrota ante el Rayo Majadahonda deja un mal poso, por el resultado, el juego y las sensaciones. Todos malos. Muy malos.
El sistema, el estilo de juego, las alineaciones, los jugadores, las bajas, la defensa del balón parado, la falta de gol… Cada semana varía la causa por la que el equipo no gana o no juega bien. Pero al fin y al cabo esto es el fútbol. Cada fin de semana es una historia diferente, pero ese también es un problema. Ya lo hemos dicho, si no es por una cosa es por otra. La irregularidad es en lo que el Numancia está siendo muy regular.
Lo del domingo en el Cerro del Espino debe quedar como un enorme tropiezo, una pesadilla en un día para olvidar… O recordar para no repetirlo. Porque ya entramos en la recta final del curso, aún con los deberes por hacer. Ya lo decía el mítico Luis Aragonés: lo importante es llegar a los últimos diez partidos de Liga con opciones de conseguir el objetivo marcado. Y en esas estamos, con 11 partidos por delante y con la necesidad de sumar, precisamente, 11 puntos (y otros 3 correspondientes a la jornada ante el Reus) para alcanzar los 50, que son la cifra referente para la permanencia.
La reciente irregularidad rojilla en cuanto a resultados (seis puntos sumados de los últimos 21 disputados) se ve moderadamente minimizada por la situación de Nástic y Cordoba, que a 8 y 9 puntos de la salvación, parecen sentenciados porque no están logrando sumar de forma continuada y creo que anímicamente están muy tocados. El ejemplo de los cordobesistas es tremendo, fíjense en el dato: ha empezado ganando en 7 de los últimos diez partidos, y de esos 7 ha ganado sólo uno, empatado otro y perdido cinco tras ir por delante en el marcador. Eso anímicamente es brutal. Los tarraconenses, como el Extremadura, que marca el descenso, son más irregulares, dando una de cal y una de arena.
Pero, más allá de estar pendientes de los otros equipos inmersos en la lucha por la permanencia, como lo están también Lugo, Zaragoza, Rayo y Tenerife, el Numancia debe mentalizarse de que hay que sumar, seguir sumando, sin despistarse, porque el que pierda comba se va a meter en problemas. Para haber pensado semanas atrás que estamos en tierra de nadie, creo que ya no es así, y nos toca sufrir hasta lograr la salvación. Al menos habrá emoción hasta el final…