Maternidad
Osvaldo del Valle
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Bilbao
Sola, siempre sola. El, declarado amante de la familia, casi nunca está y cuando está, no ejerce. Siempre con tu bebé, que no es que no le quieras, es que no le has elegido. Hay puertas que se abren generosas para dejarte entrar y de las que ya nunca escapas. La maternidad es una de ellas. Ya nunca escribes, ya nunca pintas, ya nunca ríes…
A veces el bebé está tan quieto que parece muerto, te asustas y pones la mano en su boca para comprobar que respira, otras eres tú la que se siente así. Quieta. Sin aire. Muerta