Los jesuitas piden perdón por el caso del sacerdote acusado de abusos sexuales en Gijón
Los presuntos abusos, por los que víctima e investigado ya han declarado en sede judicial, se habrían cometido hace más de una década en el Colegio de La Inmaculada
Oviedo
El sacerdote acusado de abusos sexuales en Gijón ha sido apartado de su labor de maestro que actualmente desarrollaba en un colegio de los Jesuitas en Logroño (La Rioja), a raíz de la denuncia que fue presentada el 11 de enero de este año en la Comisaría de la Policía Nacional de la ciudad, y se refiere a hechos acontecidos en el Colegio de La Inmaculada, donde el religioso dio clase entre 2005 y 2008. Tras dicha denuncia, según ha confirmado el Tribunal Superior de Justicia de Asturias, ha sido el Juzgado de Instrucción nº2 de Gijón el que ha incoado diligencias previas por los presuntos abusos. El TSJA informa también a través de una nota de prensa que tanto la víctima como el religioso investigado ya han declarado en sede judicial, y que en la actualidad se está pendiente de distintos informes policiales y periciales que se irán uniendo a la causa hasta completar la instrucción.
Entre tanto la Orden de los Jesuitas ha querido tranquilizar a los padres del Colegio de La Inmaculada con un comunicado dirigido a la comunidad educativa y enviado también a los medios de comunicación en el que además de confirmar que tuvieron noticia de la denuncia el día 12 de Enero, explican que "si hasta ahora no había trascendido fue por expreso deseo de la víctima y su familia", y que están colaborando con la justicia en la investigación, además de haber iniciado el proceso canónico pertinente.
En el mismo comunicado también confirman que han apartado al sacerdote del contacto con menores si bien piden "prudencia ante el derecho de cualquier persona a la presunción de inocencia" e indican que “la Compañía de Jesús desea manifestar su apoyo a la posible víctima y a su familia por el sufrimiento que la conducta de un miembro de su orden le haya podido generar. La sola sospecha de comportamiento ilícito de un hermano nuestro nos duele profundamente. Pedimos perdón y lamentamos profundamente que algo así haya podido ocurrir en una de nuestras instituciones”.