Donostia se desborda un año más por la igualdad
Por la mañana una multitudinaria concentración salpicó de morado el centro y por la tarde miles de personas unieron sus voces en una manifestación que partió desde el túnel de El Antiguo
San Sebastián
Las mujeres dejaron claro ayer que juntas suman tanto como para parar cualquier actividad. Las calles y las plazas de la capital guipuzcoana y las principales ciudades como Irun y Eibar fueron tomadas de forma festiva y pacífica, en un clamor por la libertad, la igualdad y el respeto a su integridad y seguridad.
Ataviadas con tocados, prendas y complementos, como pelucas, gafas, lazos o pañuelos, en color negro (en señal de duelo por las mujeres asesinadas por la violencia machista) y morado o lila (icono histórico del feminismo), mujeres vascas de todas las edades y condición reclamaron su derecho a andar por las calles sin temor a sufrir agresiones ("Nos queremos libres y no valientes)", y a mandar en sus propias vidas.
También clamaron en contra del "heteropatriarcado capitalista" al que culpan de la brecha salarial que sufren, de una media del 24,4 % en Euskadi, según los últimos datos existentes, de 2016, y de la falta de oportunidades para competir en plano de igualdad con sus compañeros sus carreras profesionales.
La música, a través de altavoces acarreados por las participantes y la creada en vivo por grupos femeninos de percusión, y el ambiente de hermandad y solidaridad entre las asistentes también caracterizó el desarrollo festivo de la reivindicación feminista.
Madres jóvenes acompañadas de sus hijos, a quienes ataviaron con colores morados para la ocasión, e hijas acompañando a sus ancianas madres, asistieron a las manifestaciones de la mañana junto a numerosas adolescentes que tras las marchas realizaron un "picnic" con bocadillos que se prepararon ellas mismas en sus casas, a la espera de la manifestación de la tarde.
Los datos de la huelga feminista
La gran movilización se llevó a cabo tanto en el plano laboral, con paros de dos o 24 horas en los centros de trabajo, como en el social y educativo, con huelga de estudiantes y de trabajos domésticos y de cuidados a sus allegados.
La huelga tuvo mayor incidencia en el sector de la Educación pública vasca, uno de los más feminizados, donde pararon alrededor del 47 % de los empleados, porcentaje que ha llegado al 66,3 % en las haurreskolas (de 0 a 3 años).
En el caso de Osakidetza el seguimiento fue de 11,53% según datos facilitados por el Departamento vasco de Salud. Por territorios, los paros en las organizaciones sanitarias de Osakidetza tuvieron un seguimiento del 11,62 % en Álava, del 10,65 % en Bizkaia y del 13,25 % en Gipuzkoa.
A las movilizaciones, que tuvieron lugar por la mañana y por la tarde, las más masivas en las tres capitales vascas, asistieron también algunas mujeres musulmanas que lucían en sus hiyab, pañuelos con los que se cubren el cabello, el color morado y lila de la reivindicación feminista.
Las manifestaciones contaron con el apoyo de los principales sindicatos, como ELA, LAB, CCOO y UGT, y con la presencia de representantes políticos del PNV, PSE-EE, EH Bildu y Podemos.