Mago de Oz, cómo hemos cambiado

Fuenlabrada

Treinta años, trece discos, miles de conciertos y muchos músicos después, los Mago de Oz mantienen intacto su sello. Vuelven ahora a las tiendas de discos con ‘Ira dei’, presentado por ‘La cantiga de las brujas’, single que poco abunda en novedades, ni musicales ni temáticas, pero que tanto éxito les sigue reportando. De hecho su nuevo trabajo continúa la línea argumental del que fue su segundo disco, pero antes de llegar ahí vamos por orden y pinchemos los comienzos de una de las mayores bandas de heavy en español.

Cuando no había grandes estadios ni discos de platino ni escenarios mastodónticos, cuatro chavales montaban un grupo en 1988 pero la cosa se les empezaba a ir de las manos, aumentaban el censo de músicos y acababan publicando seis años después su primer álbum, que llevaba el nombre de la banda y que ya incluía ese tan característico violín de Moha. ‘T’esnucaré contra’l bidé’ abría el disco, aunque no es que tuviera los versos más bonitos del rock y el estilo aún era un poco basto. Rebajando el blues y aumentando las dosis de rock llegamos a 1996 y ‘Jesús de Chamberí’.

Notamos aquí el cambio de vocalista: entra José Andrea para poner el toque definitivo al sello Mago de Oz, que junto al violín y a las letras poderosas del batería y fundador, Txus di Fellatio, conformaban la trinidad del grupo que se mantuvo durante sus mejores años, aunque el éxito masivo aún estaba por llegar. Además descubren que se les da bien hacer álbumes conceptuales y de su ‘evangelio’ particular pasan a la historia de un Quijote en ‘La leyenda de la Mancha’, que incluía temas como ‘Molinos de viento’.

Comienza también en este disco una tradición mantenida en gran parte de su obra: crear elaboradas portadas con dibujos de tanta calidad como irreverencia con la firma, la mayoría, de Gaboni. Por cierto, un año antes de este trabajo, en 1997, publicaron una reedición de su ópera prima pero con la voz de José Andrea y el logo que les empezaría a hacer mundialmente conocidos, una bruja tocando el violín. Pero lo que les elevó al Olimpo del heavy fue su siguiente álbum, que llegó a las tiendas en 2000.

‘Finisterra’ fue un auténtico tsunami que pocos vieron venir, aunque lo cierto es que musicalmente la obra de Mago de Oz había pegado un salto considerable introduciendo flauta y teclados, que se empastan a la perfección en las composiciones, mientras el trabajo vocal llega a su punto más alto. Temas como ‘Fiesta pagana’ se convierten en el himno de toda una generación, aunque ‘La danza del fuego’ o ‘El que quiera entender que entienda’ no la desmerecen.

Nos detenemos ahora en el año 2003, cuando Txus como líder del grupo quiere ir un paso más allá e inicia el proyecto Gaia, una trilogía que tiene ahora su primer capítulo y se presenta en forma de libro-disco. ‘La costa del silencio’ fue su primer single.

El disco es un manifiesto por la defensa de la naturaleza y las culturas indígenas, lo cual conecta directamente con los millones de seguidores que ya habían cosechado en América Latina. Y si a los ‘Mago’ les faltaba quizá su gran balada rock al estilo Scorpions, con ‘Si te vas’ hallaron la pieza perfecta.

Es la época de mayor éxito de la banda, que llena sin problemas escenarios como Las Ventas y llega a la lista de los 40 Principales, algo casi impensable para un grupo de heavy una vez finalizada la década de los 80. Dos años después publicaron el siguiente capítulo de Gaia, ‘La voz dormida’, en medio de un cisma épico con su anterior discográfica, Locomotive, y presentado por ‘La posada de los muertos’.

Después de tanta oscuridad y mala leche en sus discos, la banda decidió cambiar un poco el paso en 2007 con ‘La ciudad de los árboles’, un trabajo no tan duro donde el folk es protagonista y donde temas como ‘Y ahora voy a salir’ exploran las rancheras como si llevaran toda la vida haciéndolo.

Después de este paréntesis los Mago de Oz culminaron la trilogía de Gaia en 2010, siete años después de iniciarla, con ‘Atlantia’. Había pasado el tiempo y la repercusión no fue tan masiva como antaño, aunque la legión de fieles que habían recabado los últimos tiempos llevó al disco de nuevo a lo más alto. Cierto que empiezan a sonar un poco predecibles, aunque es destacable que sus directos se convierten en toda una experiencia para los sentidos. ‘Que el viento sople a tu favor’ fue la carta de presentación.

Fue después de este disco cuando llegó el segundo cisma de la banda, quizá el más virulento: la salida del vocalista José Andrea. Al principio fue anunciada y amistosa, pero poco a poco su lengua y la de Txus como líder de los Mago se fueron calentando y obligaron a los fans a, aunque no quisieran, tomar partido por uno u otro. La banda continuó a pesar de la encrucijada de contar con nuevo cantante. El sustituto, Zeta, era un semidesconocido que desde entonces ha defendido a la perfección la música que representan.

El primer disco con nueva voz llegó en 2012, ‘Hechizos, pócimas y brujería’, que presentaron con ‘Xanandra’. La línea seguía inalterable, aunque el recargo barroco de las producciones empezó a cansar a una parte de público y crítica. Y es cierto que el éxito se ha resentido, pero Mago de Oz sigue siendo la referencia indiscutible del heavy en cualquier rincón en el que se hable castellano. Dejamos de lado las regrabaciones y álbumes en directo de esta última época y nos vamos con el disco que publicaron en 2014, ‘Ilussia’, defendido por temas como ‘Cadaveria’.