Preparando el 8-M
Manolo Pareja
Jerez de la Frontera
Preparando el 8-M y la Campaña electoral, algunos de los partidos del espectro político se lanzan a competir a ver quien es más feminista. El de Podemos me parece, dicho sea con todos los respetos, el más simplón. El feminismo del PSOE tampoco sorprende: del Zapatero ista ista feminista que inauguró este nuevo tiempo, a un Pedro Sánchez que está dispuesto a rentabilizarlo en campaña. Pero el que menos entiendo es este último de Ciudadanos: el Feminismo liberal. El liberalismo es la acepción política que en los últimos años ha recibido más adjetivos insulsos que nada aportan a su significado original; eslogan para que Rivera quede como el más moderno y más feminista, poco más. Toda esta campaña diseñada y plagada de mensajes que suenan estupendamente y que arrastra una montaña de gente que de buena fe reivindica igualdad, hace flaco favor a la libertad y derechos de las mujeres. La lucha histórica del feminismo en busca de una idea de sociedad en la que no hubiera de hablarse de machismo o feminismo- tan solo de igualdad real al margen de la condición sexual-, va camino de convertirse en una batalla contra uno de los sexos con las armas del lenguaje inclusivo y la discriminación positiva. Las mujeres merecen mucho más.